“LA
MICRO HISTORIA DE ESPAÑA DESDE LA COTA 70 DE MI ATALAYA
Pedro
Taracena Gil
Trabajo de la asignatura: HISTORIA DE ESPAÑA A TRAVÉS DE SUS
CIUDADES
VISITA AL MUSEO DE
SAN ISIDRO DE MADRID
I
INTRODUCCIÓN
II
LOS FÓSILES DEL MANZANARES
III
REGRESO A MIS ORÍGENES
IV
VALORACIONES SUBJETIVAS
Fotos del Ábside de la Capilla del Obispo y la cúpula de San Andrés por P. T.
Uno de los rincones artísticos ocultos en Madrid es la rehabilitada Capilla
del Obispo, de cuya existencia los propios madrileños no tienen
conocimiento.
Se trata de una joya arquitectónica del gótico del siglo
XVI, declarada Monumento Histórico Artístico y Bien de Interés
Cultural, que ha estado cerrada durante más de 30 años durante los que se
ha llevado a cabo una profunda reforma.
Abierta al culto y a las visitas del público desde 2012,
la Capilla del Obispo la encuentras en la muy céntrica plaza de la
Paja de Madrid,
a espaldas de la iglesia de San Andrés, con la que
conforma el conjunto monumental de San Andrés.
La Capilla del Obispo fue construida en el siglo
XVI por Francisco de Vargas y Medina, privado de los Reyes Católicos,
como capilla funeraria de los restos de San Isidro.
Sin embargo, el impulso definitivo fue dado por su
hijo Gutierre de Vargas y Carvajal, obispo de Palencia, quien encargó su
decoración interior, razón por lo que desde entonces se la conoció como
la Capilla
del Obispo.
I
INTRODUCCIÓN
La visita de los alumnos de 4º
curso de la Universidad de Mayores Rey Juan Carlos al Museo de San Isidro de
Madrid, ha servido de pretexto para que una vez realizada la visita, cada cual
pueda hacer un trabajo, relacionando las distintas secciones de la muestra con
su propia historia personal, de España, de la ciudad donde habita o quizás del pueblo
de origen.
Los alumnos de la asignatura LA
HISTORIA DE ESPAÑA A TRAVÉS DE SUS CIUDADAES, disponíamos de información
suficiente como para hacer un ensayo que presentara una valoración personal de
la evolución del hombre, pero sobre todo contemplado desde nuestra propia
atalaya.
En mi caso personal, he tenido
la ocasión de mirar y observar a través de las vitrinas del museo, muchas de
las secuencias de las cuales he sido testigo pasivo y en otras ocasiones
protagonista activo. El haber vivido en La Campiña de Guadalajara en los años cincuenta,
por ejemplo, Las Cosechas del campo, El Calendario Litúrgico, La Escuela
Nacional y Las Fiestas Patronales, son fuentes de antropología y etnología de
la evolución de nuestros pueblos. La Agricultura utilizaba los mismos aperos de
labranza que los romanos. Y el cultivo de la vid y la obtención del vino, se
llevaba a cabo al margen de cualquier atisbo enológico.
Otra oportunidad de relacionar
las secuencias del museo sin salir de Madrid y sus alrededores, basta con
seguir las huellas que los arqueólogos han encontrado en el margen del río
Manzanares, donde quizás nos bañamos un día de verano. O también las distintas
murallas que han limitado las distintas épocas de MATRICE, MAYRIT, MAGERIT,
MAYDRYT y MADRID.
II
LOS FÓSILES DEL MANZANARES
San
Pedro El Real La Paloma
Nuestra visita al Museo de San
Isidro de Madrid, me ha dado pie para
hilar una serie de eventos y circunstancias que me han hecho percibir la
evolución de su historia a través de los años. El guía del museo nos presentó como punto de partida la fauna del Madrid de
la época de los glaciales. Descubrimiento de fósiles al extraer arena del cauce
del río Manzanares a su paso por Madrid en los años 1958-1959. En esta fecha,
aunque yo había nacido en Madrid, regresé de un pueblo de la provincia de
Guadalajara con 14 años. Coincide que a pocos metros del Museo de San Isidro se
encuentra la calle del Humilladero y justo en el 22, me instalé para vivir en
casa de unos parientes. En el mismo barrio de La Latina se ubica la iglesia de
San Pedro El Real La Paloma. En esta
iglesia se da la coincidencia que es donde me bautizaron a los pocos días de
nacer (*). Durante la visita nos explicaron el proceso de recuperación del
edificio ligado a la historia de San Isidro Labrador que junto a La Virgen de
la Paloma, se constituyen en patronos protectores de la Villa y Corte de
Madrid. Las iglesias de referencia en aquella época pía fueron, además: El
templo de San Francisco el Grande,
famoso por el Tedeum Laudamos que el dictador organizaba para celebrar sus
fastos acontecimientos. San Andrés, famosa
iglesia que alberga la Capilla del Obispo, cuyo ábside se contempla
desde el patio del museo. Pero nada más llegar a este barrio me vi envuelto en
una gran polémica que años más tarde me hizo recordar el argumento de la
zarzuela de la Gran Vía. Cuando los vecinos del centro de Madrid protestaron
contra la Municipalidad por el proyecto de construir una Gran Vía que cruzara
Madrid. En este caso los protagonistas eran los mercaderes de los puestos de la
famosa Plaza de La Cebada, ubicada en la acera de la calle de Toledo. Porque la
destrucción del vetusto mercado tenía los días contados.
Plaza de la Cebada
Recuerdo perfectamente que se
trataba de una estructura metálica de
planta geométrica con una organización de los puestos que me hizo recordar años
más tarde, al gran Mercado de la Boquería de Barcelona. Y más grande y de mayor
belleza que el Mercado de San Miguel, recientemente restaurado situado al lado
de la Plaza Mayor. Mis familiares disponían de puestos de frutas y verduras, de
ajos cebollas y especies, y de carnicería y salchichería. En aquella época los
afectados no entendieron la destrucción del legendario mercado y hoy yo mismo
sigo sin entenderlo. Como
ocurriera en París con
la construcción de Les Halles (1854-1866), en nuestra geografía las
plazas en las que se
ubicaban los mercados fueron testigos
de nuevas estructuras que albergaron la actividad de los mercados de la alimentación. Varios casos
análogos se repitieron en el Mercado
de la Cebada y en el de los Mostenses, y ambas se encargaron al arquitecto
municipal Manuel Calvo y Pereira.
Al final de la visita al Museo
de San Isidro, hice un breve apartado con el amable guía que nos lo había
ensañado y le pregunté sobre si el Ayuntamiento de Madrid había hecho alguna
investigación sobre el motivo objetivo de la destrucción de la antigua Plaza de
la Cebada. Según sus informaciones no le consta que en ningún momento desde los
años cincuenta, se hubiera cuestionado la decisión del entonces alcalde de Madrid José Finat y Escribá de
Romaní, Conde de Mayalde.
Mi apreciación personal de Wikipedia goza de un gran desprestigio, por no tener ningún apoyo
científico, académico y tampoco el aval de ninguna firma que se haga cargo de
su contenido. Pero por la ausencia de respuesta sobre la decisión de derrumbar
La Plaza de la Cebada, acudí a esta fuente que respondía: Debido a problemas higiénicos el edificio se derribó en 1956,
construyéndose en 1958 un mercado de aspecto más funcional. En principio no
se puede sacrificar un edificio de esas características cuando la solución a la
aparente insalubridad sea su destrucción. Y las dos fechas son falsas. Yo
llegué a Madrid con 14 años en febrero de 1959, y viví en la calle del
Humilladero durante los cursos 59-60 y 60-61. Las obras de derribo debieron de
comenzar en el 61-62.
Cuando llegamos a la exposición de los estratos y sedimentos
excavados en Madrid, vinieron a mi mente unas excavaciones con otros objetivos
pero en el cauce del Río Henares a su paso por La Campiña de Guadalajara.
Cuando las vertederas hundían sus palas con mayor profundidad arrastradas
por potentes tractores, descubrieron orzas de barro cocido con monedas y
huellas de un poblado romano que se hallaba en las proximidades del Camino Real,
que además ocultaba a su vez una calzada
romana.
La Campiña tiene una vega de regadío muy rica, donde se ha
cultivado en su día: patatas, trigo, alfalfa y cebada. En la actualidad: maíz,
girasol, lúpulo y en el margen del río innumerables choperas.
La grava sepultada a dos metros de
profundidad
Desde siempre se ha extraído del río grava para la
construcción. Es decir, cantos rodados de pequeño tamaño similar al que abunda
en muchas de las playas del litoral Mediterráneo. Pero hace unos años ha
surgido una nueva gravera a modo de yacimiento de este material.
Una vez mecanizado el campo y al profundizar más al roturar
los barbechos, se descubrió que a unos dos metros de profundidad, se encontraba
un fondo de grava de cantos rodados muy similares a los que se extraían del
mismo cauce del río. Una vez hecha la prospección, se establecía un contrato
con el propietario de la parcela en cuestión, que consistía en establecer una
especie de indemnización para bloquear unos años las cosechas que no se iban a
producir.
Unas potentes excavadoras retiraban la tierra fértil de la
parcela hacia sus márgenes, dejando al descubierto la cantera de grava. Los
cantos rodados ocultos desde tiempos inmemoriales quedan a disposición de los arqueólogos
y las arqueólogas para ser datados. La cantera ubicada en sus cercanías acriba
la materia prima obtenida y clasifica el tamaño de las diferentes categorías de
grava. Una vez explotada la parcela y extinguido el contrato, la tierra fértil
vuelve a su alojamiento primitivo habiendo bajado de nivel en unos dos metros.
Los cantos rodados abundan mucho en los márgenes del Río
Henares. Los muros de la iglesia de San Pedro Apóstol están construidos con
cantos rodados de tamaño mediano y cal. Sin embargo, la sublime torre se
construyó con piedra de sillería.
Torre construida con piedra de sillería
Muros construidos con cantos
rodados y argamasa de cal
Fotos: P.T.
III
REGRESO A MIS ORÍGENES
Avanzando por las distintas estancias del museo, llamaron mi
atención la evolución de las habilidades del hombre a través de las distintas épocas.
Muchas de entre ellas me hicieron recordar mi vida y la de los demás niños de
un pueblo de La Campiña de Guadalajara: La agricultura, la ganadería, la
actividad en las casas de labor, los hornos del pan, los corrales y los
huertos. Mientras los niños de las capitales compraban la leche en las
lecherías y la carne, la fruta, y las verduras en las tiendas y mercados, en el
pueblo todos los alimentos salvo el pescado, y los productos de ultramarinos,
todos, eran de producción doméstica. La leche se compraba directamente en las
vaquerías, casi al pie de la ubre de la vaca. Sabíamos cómo se elaboraba el pan
hasta que lo comíamos todos los días. El pedernal que usaban nuestros ancestros
como herramientas de corte, los niños de aquella época ya veían cómo clavaban piedras
de pedernal sobre planchas de madera para así poder trillar y triturar los
cereales, arrastrando los trillos por yuntas de mulas. Los utensilios y aperos
de labranza eran de tracción animal o herramientas de uso manual: Los arados,
las vertederas, las hoces, las horcas, las palas, los rastrillos, las guadañas
y las zoquetas etc. También las máquinas aventadoras o arveladoras según localismos, accionadas por el brazo del
hombre sustituían la acción del viento como única corriente de aire para
separar el grano de la paja. No estamos hablando de la Época Romana y del
Medievo, pero sí de los años 50 del siglo XX.
También ha traído a mi memoria el cultivo de la vid y la
obtención del vino. Supe lo que era podar e injertar vides. Vendimiar y obtener
el vino en el lagar. Sí, materialmente
descalzos pisando los racimos de uvas para obtener el mosto. Las innumerables
tinajas de todos los tamaños ubicadas en profundas y largas bodegas, dan testimonio
de que en este pueblo se cosechaba vino, al menos para consumo de todas las
familias. No había enólogos, una tradición secular proporcionaba buenos caldos
a la población. En aquellas épocas para uso exclusivo de los hombres…
Una de mis primeras aficiones fue el modelado del barro, con
masa de muy buena calidad que había en los tejares del pueblo. Éramos dos
amigos los que teníamos esta dijéramos vocación por la alfarería. Nuestra
atención era modelar toda la imaginería que la iglesia de San Pedro Apóstol
tenía en sus altares. Aunque no escapó a nuestras destrezas el alzado de vasos
y jarrones con el sistema de ir poniendo churros
de barro hasta crear la pared curva de la pieza. Eso sí, todo lo hicimos en
crudo. Improvisamos en un pajar una hilera de nichos, socavados sobre una de
sus paredes de tierra y adobe… Esta osadía nos valió una reprimenda de nuestros
padres y tíos. Sobre una pared de tierra prensada y adobe solo se puede
enfoscar con cemento y cal y jamás hacer un agujero… Tuvo que pasar mucho
tiempo para que un alfarero de Alba de Tormes, me cediera su torno para tratar
de dar forma de orza a una pella de arcilla que se me escapaba de entre las
manos como pez deseando su libertad…
Al mismo tiempo que el generoso y bien preparado guía del
Museo de San Isidro, nos mostraba las maravillas de la cerámica ancestral,
recordaba la colección de piezas que aún conservo en la casa centenaria del
pueblo. Salvando las infinitas distancias, me satisface valorar aquellas obras
realizadas con los más primitivos de los recursos.
La profesora nos amplió la explicación de la cochura de la
carne, revolucionando no solamente la nutrición sino sus consecuencias para la
selección de los individuos. Recordé que en mis innumerables viajes por motivos
de trabajo, los alimentos que pude tomar eran mucho más apetitosos, cuanto más
natural era su elaboración: Cochinillo de Segovia a la brasa. Chuletón
donostiarra sobre ascuas. Besugo sobre leña candente en Oria. En Catalunya las alcachofas a la brasa y calsotadas hechas sobre la brasa y servidas en tejas de
barro muy calientes.
Cada historia personal comprende una ínfima parte de la
Historia, con mayúscula, contada en primera persona. Los eventos y los hitos
vividos dependerán de varios factores. Los posos que hayan dejado nuestra
propia experiencia, dependerá, no solamente de la cantidad y variedad de los acontecimientos
vividos, sino más bien de las sensaciones y emociones compartidas
conscientemente.
Observando desde nuestra propia
atalaya, situados en la segunda década del siglo XXI, el programa de esta
asignatura nos permite ubicarnos cada
cual en el punto de partida de nuestro nacimiento, y entonces es fácil observar
que somos el producto del legado de nuestros ancestros, situados tanto en los
pueblos remotos como en las grandes urbes. Las grandes diferencias entre el
mundo rural y campesino, y la vida en las poblaciones industrializadas, donde
impera el bullicio comercial, en estas últimas décadas se han igualado. Y el
progreso ha establecido una especie de vasos comunicantes, donde la pobreza no
es exclusiva de los pueblos más retrasados, ni tampoco la riqueza y la
opulencia sea patrimonio de las ciudades. El universo de las comunicaciones a
través de Internet y Las Redes Sociales ha globalizado nuestra vida social,
política, económica y familiar.
Todos estos logros de la humanidad
no pueden obviar que la Prehistoria y las Eras del Bronce, del Hierro, del
Fuego, de la Rueda, etc., dejen de ser esenciales para haber llegado a nuestros
días. Aquellas personas que la vida nos situó en un pueblo donde estaban
presentes los oficios más arcaicos, comprendemos y valoramos mejor la evolución
de la humanidad en la segunda mitad del siglo XX y los años transcurridos del
siglo XXI.
Es verdad que la arqueología se
presenta, quizás, un poco árida a la hora de no tener la respuesta a muchos de
los interrogantes que presenta la falta de lenguaje escrito u otras huellas sin
identificar por los sabios. Pero es muy confortable para un amante del teatro
de todas las épocas, conocer las características del teatro en el Siglo de Oro,
en el Corral de las Comedias de Almagro. O bien asistir a una representación de
una obra de teatro griego o romano, en un
anfiteatro como el de Mérida. Con la puesta en escena de los coros y el papel
que desempeñaban las máscaras en las comedias y las tragedias.
La arqueología nos hacer
reflexionar sobre el hecho religioso sobre todo en los ritos y santuarios
funerarios. Nos hace comprender cómo el ser humano le ha preocupado mucho la
transcendencia. La muerte supone un tránsito porque rechazamos volver a la nada,
sin más.
Claustro del Museo de San Isidro
La reconstrucción del edificio
debía de cumplir dos requisitos insalvables: La visibilidad de la cúpula de San
Andrés y del ábside de la Capilla del Obispo. Posicionados en el patio interior.
CRÓNICAS DE MI PUEBLO I
CRÓNICAS DE MI PUEBLO II
INSTITUCIÓN SINDICAL VIRGEN DE
LA PALOMA
BLOG ALUMNOS UNIVERSIDAD DE
MAYORES REY JUAN CARLOS
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CAPILLA DEL OBISPO
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