EL
REY Y EL TRIUNVIRATO ESCRIBEN LA MÁS NEGRA PÁGINA DE LA HISTORIA DE NUESTRA
RECIENTE DEMOCRACIA
Con estas premisas: ¿Con qué
derecho el Estado encarcela a los secesionistas catalanes, cuando ha dejado
impune el genocidio franquista?
El origen del Rey es legal pero
no legítimo. Es decir, que estaríamos ante un rey bastardo. Soy consciente que
si continúo por estos derroteros, es posible que esté al borde de ser procesado
por injurias a la Corona. Pero presumo que la Constitución Española me ha
ensañado dos caminos para razonar con sabios criterios: “La justicia emana del
pueblo y se administra en nombre del Rey por Jueces y Magistrados. Art. 117.” Y
el derecho que me asiste a la libertad de expresión. Art. 20. El hecho es que
el franquismo ha evolucionado de la dictadura a la Transición, sin propiciar la
reconciliación entre los españoles. Un apaño
en términos coloquiales.
Franco legitimó su dictadura
con la victoria como Caudillo de España por la Gracia de Dios. Fue un dictador y
estableció de forma ilegítima, al Estado Español como un nuevo Reino. Y
consumando la instauración monárquica a través de una ley de sucesión, donde
un nieto de Alfonso XIII, sería el sucesor del sanguinario y déspota
general. Una vez fallecido, Las Cortes franquistas le coronaron Rey de España,
después de jurar los Principios de Movimiento Nacional, soporte ideológico del
régimen. Aunque El Conde de Barcelona cedió sus derechos dinásticos a su hijo,
solamente legalizó la situación, pero no la legitimó. La Constitución Española
de 1978 recuperó el Estado de Derecho perdido el 18 de julio de 1936. Pero la
nueva Carta Magna legalizó la monarquía, pero no la legitimó. El presidente
Suárez ante el temor de que un referéndum sobre monarquía o república, perdiera
la opción monárquica, optó por engañar a los españoles introduciendo de rondón
en la ley de Reforma Política, la figura del rey como un hecho de normalidad.
Los franquistas cumplieron al pie de la letra las imposiciones de la
Oligarquía, el Ejército, los Caiques y la Iglesia. Estos mismos factores que se
alzaron contra la República y que tenían, también, como objetivo que los
Borbones volvieran a gobernar España.
El reinado de Juan Carlos I
como artífice de la Transición, no brilla precisamente por su acercamiento al pueblo.
Sobre su decencia la Historia hablará. Los Medios de Comunicación y la clase
política, lo que ahora se denomina La Casta, crearon un pacto de silencio
provocando en los españoles una amnesia sobre la impunidad del genocidio
franquista y las fechorías que pudiera cometer el Rey. Acogiéndose a que la
persona del Rey es inviolable. Así como el Genocidio planificado (Autos del
juez Garzón) antes del 18 de julio de 1936, ejecutado por los golpistas hasta
después de la muerte del dictador, el 20 de noviembre de 1975.
Cuando el reinado del Juan
Carlos I se hizo insostenible, abdicó en el Príncipe de Asturias, heredando la
Corona el rey Felipe VI. Los tres últimos jefes de estado de España, han sido
legales conforme a las leyes vigentes. Pero no legítimos:
1.
El Caudillo de España, lo fue por la Gracia de
Dios y su legitimidad hay que encontrarla en la circunstancia de ser un generalísimo invicto.
2.
Juan Carlos I, no juró la Constitución Española
y por supuesto lejos de condenar la dictadura, no renegó del juramento a los
principios del Movimiento Nacional.
3.
Felipe VI, sí, ha jurado la Constitución
Española pero, como el Rey Emérito y los franquistas del PP, tampoco ha
condenado la dictadura y el genocidio. Es comprensible porque su origen
ilegítimo está en la legalidad de una época dictatorial.
España vive tiempos muy
convulsos donde es lícito cuestionarse muchos aspectos de la España de la
Transición, que ya nadie se atreve a denominar como modélica. Y mucho menos
como un bien a exportar… Encabeza y lidera esta crisis política, social y
humana, el Rey de España. Felipe VI nunca fue árbitro de nada ni de nadie, pero
ahora, lejos de ser árbitro constitucional, es títere del poder político y
financiero. El Rey si fuera árbitro se habría colocado en una posición
equidistante y hubiera pitado falta en no pocas ocasiones a los políticos de
cualquier sensibilidad. Su postura ha sido más fácil siendo marioneta del PP. El Rey y el Triunvirato
constitucionalista PP PSOE y C’s, está convencido de que el 155 es la salvación
de España y la solución del conflicto Catalán. Pero la realidad es otra. Al Rey
no le interesa que se toque el articulado de la Constitución, porque la monarquía
es de origen divino, por eso Él es inviolable. Aunque el Rey no tiene corte, ha
heredado los amigos del Rey Emérito y sus aduladores. Sus tres acompañantes en este camino hacia la
salvación de la unidad de la patria son:
1. CIUDADANOS:
Fuerza política emergente en el panorama nacional, partido al servicio del
Capital, la Patronal y el IBEX-35. La derecha, en palabras de ellos, la centralidad.
2. PSOE,
viejo militante del bipartidismo. Renunció a la República y a su doble
militancia con la UGT. La Socialdemocracia… Derecha moderada.
3. El PP
hinca sus raíces en la entrañas de la Dictadura. Hijos legítimos de Franco,
Fraga y Aznar. La Extrema Derecha. Reminiscencias del franquismo y del
nacionalcatolicismo. También es el partido más corrupto de la reciente
democracia. Y como Gobierno ha legislado provocando auténticos crímenes legales: Recortes en derechos
laborales, sanidad, educación, dependencia, desahucios, éxodo de la juventud…
Crímenes reales en suma.
Lo grave es que el Gobierno
apoyado por los constitucionalistas, ha renunciado a la acción política y han
encomendado el trabajo sucio y el limpio también, a los jueces de todos los
tribunales. Y el que dirige la orquesta es el Fiscal General del Estado que es
Fiscal General del Gobierno. Para que se entienda mejor, el expresidente Sacorzy
de la República Francesa firmaría por disfrutar de la Fiscalía Española. Se
tergiversó el artículo 124 de la Constitución Española.
Con
estas premisas: ¿Con qué derecho el Estado encarcela a los secesionistas
catalanes, cuando ha dejado impune el genocidio franquista?
El conflicto es político con
soluciones políticas. La Constitución es franquista pero no es un dogma de fe. Todo
en España es cuestionable como sucede en todos los países del mundo que deseen
adaptarse a los nuevos tiempos.
España adolece de unos Medios
de Comunicación independientes, no corporativistas y críticos con el poder
económico y financiero.
Son demasiadas mentiras las que
tratan de engañar a los que de buena fe creímos en la Transición.
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