MI ENCUENTRO CON RAFAEL SANZ LOBATO
Pedro Taracena Gil y Rafael Sanz Lobato
Madrid, 16 de Abril de 2007
Don Rafael Sanz Lobato
Plaza de Santa Bárbara, 9, 3º Dcha.
28004 Madrid
Estimado maestro:
Mi nombre es Pedro Taracena Gil,
fotógrafo, amigo y colega de Vicente Nieto Canedo. El motivo de mi carta es
poder comunicarme contigo para rescatar del olvido de la llamada Escuela de
Madrid, a varios de los fotógrafos que, como tú, habéis sido excluidos en la
reciente exposición llevada a cabo en el Museo del Cuartel del Conde Duque. Donde
sólo han incluido a seis. Es decir, que aquel movimiento que la exposición de
Enero/Marzo de 1988, en el Museo de Arte Moderno, donde los autores llegaban a
22, ahora se reducen a media docena. En el catálogo de la muestra publicado por
el Ministerio de Cultura, que obra en mi poder, aparece Rafael Sanz Lobato
con tres obras: La número 193 SIN TÍTULO (22,5 x 30,5 cm). COL. AUTOR. La
número 194 SIN TÍTULO (22,5 x 30,5 cm). COL. AUTOR y la número 195 SIN TÍTULO
(40 x 50 cm) COL. REAL SOCIEDAD FOTOGRÁFICA. Con todo respeto, me atrevo a pedirte
que me proporciones un resumen autobiográfico de tu trayectoria fotográfica y
un resumen de lo que tú piensas de tu propia obra. Estos textos servirían de apoyo
a las 54 fotos tuyas que he contemplado en Internet. No hace falta hacer muchos
esfuerzos de investigación, para llegar a la conclusión que vuestra
postergación ha sido consecuencia de conductas caciquiles. Esta escuela se
gestó en el seno de la Real Sociedad Fotográfica y es allí donde no se ha
cuidado su obra, con nula vocación de respetar, conservar y divulgar el legado, de todos y cada uno de los autores. Con
este material pretendo hacer llegar, allí donde os han ignorado como miembros
de pleno derecho de la Escuela de Madrid. Páginas Internet, Revista FOTO, etc. Perdona
por mi atrevimiento, pero es mi deseo NO renunciar a recabar la información del
propio autor, en este caso tú mismo, de la Escuela de Madrid, con la cual me
identifico totalmente.
Un abrazo.
Pedro Taracena Gil
C/ Arroyo Belincoso, 42 3º D
28030 Madrid
Teléfono: 914308601 y 669492024
EXPOSICIONES INDIVIDUALES
EXPOSICIONES COLECTIVAS
BIBLIOGRAFÍA
Rafael Sanz Lobato
Currículum de
Rafael Sanz Lobato
1932 - Nace en Sevilla capital.
1941 - Traslado a Madrid con sus padres.
1955 - Finaliza estudios Profesor e Intendente
Mercantil.
1956 - Compra su primera cámara fotográfica.
1961? - Ingresa en la Real Sociedad Fotográfica
de Madrid.
1966 - Crea, junto con Carlos Miguel Martínez, Donato
de Blas, Nieto Canedo,
Serapio Carreño, Mordt Landa, Carlos
H. Corcho, Botella y José Blanco Pernía
el grupo “La Colmena” en un intento
de equilibrar posiciones en la R.S.F.
dominada por el grupo conservador
oficialista “La Palangana”, con Gerardo Vielba de Presidente.
1968 - Tras la desaparición de “La Colmena”, forma
junto con Vila Massip, Sanchis
Soler, Sáez López y Carlos H. Corcho
el “Grupo 5”. Grupo interprovincial
independiente y exclusivamente con
compromisos creativos.
1971 - Rompe vínculos con la R.S.F. de Madrid por el
trasfondo político existente
y diferencias con Gerardo Vielba.
1977 - Pasa al terreno profesional de la Fotografía,
especializado en automóviles, bodegón,
retrato y Arte.
1981 - Compaginando con lo profesional retoma su
producción creativa en B/N.
(Retratos de artistas, bodegón y
algo de documentalismo). Previamente
estudios de sensitometría que aplica
a sus trabajos. Alguna incursión en el
tema docente.
EXPOSICIONES INDIVIDUALES
1970 - BARCELONA. Salas de la Agrupación Fotográfica
de Cataluña.
1971 - GUADALAJARA. Sala de Exp. de Caja de Ahorros de
Zaragoza. Aragón y
Rioja.
MADRID. Sala de Exp. Real Sociedad
Fotográfica.
1990 - ALCALÁ DE HENARES. Fundación Colegio del Rey,
Casa de la Entrevista.
Retrospectiva. Documentalismo.
1991-92 - VALENCIA. Railowsky. Documentalismo.
1992 - GUADALAJARA. Salón de la Agrupación
Fotográfica. Documentalismo.
1996 - MADRID. Taller Mayor de F. Bellver. Retratos.
1998 - CHICAGO. Salas del Instituto Cervantes.
1999 - MATARÓ. Salas de Can Palauet, Ayto. Retratos.
MADRID. Salas del Centro de Estudios
Visuales. Retratos.
2000 - GUADALAJARA. Salas de Exp. de la Agrupación
Fotográfica. Retratos.
2001 - CÁDIZ. Galería Benot. Retratos.
2005 - BARCELONA. Gal. Alejandro Sales. Documentalismo
y Bodegones. Catálogo.
MADRID. ARCO, Galería Alejandro
Sales. Bodegones.
EXPOSICIONES COLECTIVAS
1973 - BARCELONA. Sala Aixelá, junto con los
componentes del “Grupo 5”.
Documentalismo.
1978 - ARLES. 9eme R.I.P. Documentalismo español.
1985 - ALCALÁ DE HENARES. Fundación Colegio del Rey,
Capilla del Oidor.
La generación del 85.
1986 - SEVILLA. 50 Fotógrafos de la Historia de la
Fotografía Española.
1987 - IMPACT. Salón Nac. de la Comunicación
Publicidad y Marketing.
1988 - MADRID. MEAC. “La Escuela de Madrid”. (No como
componente sino como
invitado).
1992 - SORIA. Excma. Diputación. La Fotografía
Española en el 92.
NEW YORK. Spanish Institute. The
Spanish Vision 1970-90.
BARCELONA. Primavera Fotográfica
Cataluña. Tiempos de silencio. Panorama
de la Fotografía Española en los 50
y 60.
1993 - VALENCIA. IVAM. Imágenes escogidas en la
colección de Gabriel Cualladó.
1994 - VALENCIA. Galería Railowsky. AUTOR - RETRATOS.
1995 - BARCELONA. La Caixa. Fotografía y Sociedad en
la España de Franco. Las
Fuentes de la Memoria III.
Itinerante España y Europa.
1996-97 - VALENCIA. Galería Railowsky. Junto con
G. Cualladó. Retratos de fotógrafos.
1998 - CHICAGO. Universidad Illinois. La Fotografía en
España e Hispanoamérica.
1999 - MADRID. C. Bellas Artes. 150 años de Fotografía
en España.
2000 - VALENCIA. Galería Railowsky. El Libro.
2002 - BARCELONA. Galería Alejandro Sales. Dentro de
la Primavera Fotogr.Cataluña.
Documentalismo, junto con G.
Cualladó, Castro Prieto, M. Armengol y
Francisco Gómez, actuando de
comisario R. S. Lobato.
2004 - NUEVA YORK. Instituto Cervantes. 150 años de
Fotografía en España.
BARCELONA. Fotocolectania. Mayo
Junio.
BARCELONA. Fundación Fotocolectania.
Fondos de la Fundación.
SEGOVIA. Museo Esteban Vicente. El
Pop Español de los 70.
2005 - MADRID. Canal de Isabel II. En las ciudades.
VALENCIA. Galería Railowsky.
Exposición “La imagen inquieta”.
Conmemorativa de los 20 años de
existencia.
MADRID. Círculo de Bellas Artes. Las
Fuentes de la Memoria I - II - III.
BARCELONA. Galería Alejandro Sales.
Conmemorativa de los 20 años
Fundación de la Galería.
2006 - BARCELONA. Museo Nal. de Arte de Cataluña.
“Vidas paralelas. El realismo
italiano y español”. Catálogo.
2007 - MADRID. Fundación ASTROC. “Vidas privadas”.
Fondos Fotografía. Fundación
COLECTANIA Catálogo. 2ª edición.
BIBLIOGRAFÍA
S/F - Numerosas referencias en revistas de la
época, tales como Arte Fotgráfico,
Imagen y Sonido, Nueva Lente y en
prensa de Barcelona (espec. Noticiero
Universal), Madrid, Sevilla y
Valencia.
1969 - MEISTERFOTOS nº 4 Edit. Ehapa. Stuttgart.
Revista.
1970 - MEISTERFOTOS nº 5 Edit. Ehapa. Stuttgart.
Revista.
1971 - USA. Photography Annual. Portafolio. 4 páginas.
1972 - BARCELONA. Cotec flash nº 1. Sumario de la
Fotografía Española. Portafolio.
1974 - ECOS de Negra Industrial. Entrevista por R. M.
Rochina.
1975 - Cuatro años de Fotografía Española. Ediciones
Nueva Lente.
1978 - 9eme Rencontres Internationales de la
Photographie, Arles.
1985 - La generación del 85. Fundación Colegio del
Rey, Alcalá de Henares. Catálogo.
1986 - “Historia de la Fotografía Española
Contemporánea 1950-1986”.
Sociedad de la Fotogr. Española,
Sevilla. Catálogo.
1988 - MEAC. “Fotógrafos de la Escuela de Madrid. 1950
- 1975”. Catálogo.
1989 - VISUAL nº 3. Entrevista por Sandra Alonso.
Revista.
1990 - Fundación Colegio del Rey, Alcalá de Henares.
Exp. individual. Catálogo.
1992 - “La Fotografía Española en 1992”. Excma. Diput.
Prov. Soria. Catálogo.
- Exposición
de The Spanish Vision. Contemporary Art Photography 1970-90.
Spanish Institute. New York.
Catálogo.
- “Tiempo
de silencio”. Panorama de la Fotografía Española en los 50 y 60.
Primavera Fotográfica de Cataluña.
Catálogo.
1993 - IVAM. Imágenes escogidas en la colección de G.
Cuallado. Libro catálogo.
1995 - “Fotografía y sociedad en la España de Franco”.
Libro de la exposición itinerante.
Ensayo P. L. Mondejar. Ed. LUNWERG.
1997 - Historia de la Fotografía en España. Publio
López Mondejar. Ed. LUNWERG.
1998 - Catálogo exposición en Can Palauet, del Excmo.
Ayto. de Mataró. Ensayos
de Pere Formiguera y Antonio
Lorenzo.
2000 - “150 Years of Photography in Spain”. Publio
López Mondejar. Ed. LUNWERG.
2001 - Suplemento: El Semanal nº 688. Lola Garrido.
2004 - “150 años de Fotografía en España”. Inst.
Cervantes. Nueva York.
- Fotocolectania.
Mayo Junio. Barcelona. Catálogo.
- Fundación
Fotocolectania. Fondos de la Fundación. Barcelona. Catálogo.
- “El
Pop Español de los 70”. Museo Esteban Vicente. Segovia. Catálogo.
- “Historia
Natural Do Futebol”. Asirio & Alvin - Lisboa. Catálogo.
2005 - “En las ciudades”. Canal de Isabel II. Madrid.
Catálogo.
- Galería
Railowsky. Valencia. Conmemorativa de los 20 años. Catálogo.
- Galería
Alejandro Sales. Barcelona.
Documentalismo y Bodegones. Catálogo.
- “Las
Fuentes de la Memoria I - II - III”. Círculo de B. Artes. Madrid. Catálogo.
- Galería
Alejandro Sales. Barcelona. Conm. 20 años de la Fundación. Catálogo.
2006 - Museo Nal. Centro de Arte R. Sofía. Madrid.
Adquisiciones 2005.
- MNARC.
Barcelona. “Realismo italiano y español”. Catálogo.
2007 - Fundación ASTROC. Madrid. “Vidas privadas”.
Catálogo 2ª edición.
PREMIOS MÁS IMPORTANTES
Para mí los premios no son esenciales en
el currículo, sin embargo, hasta bien avanzados los 70 era la única forma que
teníamos los fotógrafos de contrastar el valor de nuestras creaciones, los
Salones o Concursos. En cualquier caso estos datos pueden quedar en sus
archivos.
1965 - Premio de Honor en el I Salón Nac. de
Fotografía de la R.S.F. de Madrid.
1968 - Premio de Honor en el I Salón Nac. de Fotogr.
Taurina. Peña Carnicerito de Úbeda.
1970 - Premio de Honor IV Trofeo “Folla do Carballo”
de la Agr. Fotogr. de Lugo.
- 1er
premio Concurso Nal. Transparencias color instituido por Ferrania.
- 2
Segundos premios Nikon International Contest, apartado B/N y Color.
1971 - Medalla de Oro Expotur Fotografía. Caja de
Ahorros del Sureste - Alicante.
1973 - Tercer premio Nikon International Contest,
apartado Blanco y Negro.
1989 - Premio de Honor Abeja de Oro XXXIV Salón
Nacional de Fotografía de la Excma. Diputación de Guadalajara.
2004 - Concesión de la Medalla de Oro al Mérito en las
Bellas Artes, otorgada por
el Estado y entregada por S.M. el
Rey en la ciudad de Cáceres.
Actualizado en Marzo de 2008
LA ESCUELA DE MADRID
Rafael Lobato
Sevilla 1932
La Escuela de Madrid no se
puede considerar una institución con un censo fijo e inamovible. Es un
movimiento fotográfico integrado por un colectivo de retratistas testigos de
una época, acotados grosso modo entre los años de la post guerra y hasta
los años 60. Geográficamente se desarrollaron en Madrid y su entorno. Y tenían
su punto de encuentro físicamente en la sede la Real Sociedad Fotográfica.
Rafael Sanz Lobato
pertenece a esa pléyade de fotógrafos homologables a otros movimientos surgidos
bajo otras denominaciones. En Barcelona, Estados Unido de América y dentro de
Europa, sobre todo en Francia e Italia. En nuestro país mientras no se aborde
desde un punto de vista objetivo y desinteresado, la biografía de los autores
que crearon esta escuela y su obra, estaremos condenados a desconocer la
Escuela de Madrid en su magnitud. Sus integrantes y su obra. La exposición
reciente itinerante del Neorrealismo Italiano, es un modelo a seguir. Hasta la
fecha, conductas escasas de apreciaciones objetivas, dentro y fuera de la Real,
han impedido mostrar con rigor y con vocación pedagógica, el hito que supuso
este mester de fotógrafos. La hora de evitar conductas caciquiles ha llegado.
No obstante, el que a estas alturas no dispongamos de un archivo documentado de
autores y fotografías, es la asignatura pendiente de la institución que albergó
la gestación y desarrollo de este numeroso grupo de artistas.
Cuando se contempla con un
gran angular la trayectoria fotográfica de Lobato, podemos constatar que ha
integrado en su saber hacer, todos los eventos que constituyen la obtención de
una imagen, desde su concepción. Es un genuino artesano autodidacta dominador
del sistema ensayo-error. Este sistema le llevó a crear su propio método
de obtención de copias en su laboratorio. Desde entonces comienza la
investigación sensisométrica para el control de blanco y negro, que es
la técnica que utiliza para el control de todos sus proyectos. Todo un proceso
químico que le lleva a conseguir una tecnología artesanal, pero de base
científica, perfectamente documentada en una colección de gráficos que muestran
el dominio de las gamas de medida de revelado y las densidades. Su vida
profesional, lejos del mundo de la fotografía, le obliga a conocer la lengua
inglesa y este hecho le permite conocer a Shakespeare y a través de los libros
técnicos inherentes a su trabajo, le abren nuevos horizontes en su afán
investigador, para la creación de
verdaderas obras de arte en su laboratorio. En París desarrolla su vocación
fotográfica y se consagra como un creativo de blanco y negro.
Lobato es pionero en asumir
las nuevas funciones de Organización para implantar la Informática en empresas;
siguiendo la pauta de los Estados Unidos de América. Sufrió una prueba de
adaptación a la nueva arquitectura lógica organizativa, que le permitió entrar
en este nuevo mundo y descubrir que la lógica informática le descubría la
lógica de Aristóteles, padre de esta disciplina clásica. Clausurada esta etapa
en su vida profesional, según dice él, se deja prostituir y se incorpora
al mundo de la publicidad, donde, aunque en este periodo escribe al dictado, no
por eso deja de ser un creativo integral. Cerrado este paréntesis, se polariza
en la fotografía creativa en blanco y negro; llevando al papel todo aquello que
imagina y concibe su mente, bajo el tamiz de su vasta preparación técnica.
Considera con autoridad que “el paisaje es una disciplina menor”. Sin embargo,
se mueve magistralmente en el documentalismo. El hombre y su entorno, el
retrato. Su inquietud está preñada de deseos de capturar lo rural, lo
antropológico. Evoca a Baroja en sus grabados costumbristas. La obra de Rafael
constituye una lección magistral en el universo de la retratería. Es un
maestro. Sin abandonar su condición de artesano, su obra es la de un artista.
Su pertenencia a La Escuela de Madrid es indudable y su humanismo brilla con la
luz propia. Baja autoestima, pero mucho amor propio y ansia de superación. Sus
objetivos siempre han sido un reto que él ha hecho posible.
Pedro Taracena Gil
LA COLMENA (Primera
parte)
De izquierda a derecha Rafael Sanz Lobato, Donato de Blas, Sigfrido de
Guzmán, Carlos Miguel Martínez, Evaristo Martínez Botella, Carlos Hernández
Corcho, Serapio Carreño y Vicente Nieto Canedo. El fotógrafo fue Eduardo Bordete
Landa y tiró la foto con una cámara Brónica 6X6 de Lobato. Los miembros de La
Colmena recuerdan la ausencia del fotógrafo José Blanco Pernía, ausente en
París. Esta fotografía fue utilizada para felicitar a los miembros de La
Palangana el año 1971. El plató fue improvisado en el patio de la empresa
“Compañía belga de los pinares del Paular”, situada en la calle Argumosa, a dos
pasos de la estación de Atocha de
Madrid.
La Escuela de
Madrid, auténtico movimiento del neorrealismo
español, surgió en el seno de la Real Sociedad Fotográfica, durante los
años cincuenta, proyectándose hasta la década de 1970. Según el censo recogido
en el catálogo que sirvió de apoyo a la exposición patrocinada por el
Ministerio de Cultura en 1988, la pléyade de fotógrafos que integraron este
auténtico mester de la imagen, se eleva a veintidós. De todas aquellas personas que
se acerquen a este foro del bien hacer fotográfico, contemplado desde la
atalaya del siglo XXI, no seré yo quien cometa la osadía de hacer una crítica
cualitativa de la obra de todos y cada uno de los autores. Toman parte de la
historia fotográfica de España y son el reflejo fotográfico de su pueblo. Sin
embargo, es mi propósito profundizar en sus raíces ancladas en la España de la
dictadura, sin complejos y acercándome a su pluralidad. Inmersos en una
sociedad viviendo casi de prestado y forzados al uniformismo, algunos huyeron
de él y mostraron una riqueza fotográfica lejos de las pretendidas pautas
oficiales, empeñadas en mantener que los fotógrafos de la época eran ajenos a
los compromisos sociales. Abandonaron el estudio y el plató, las cámaras
palaciegas, los salones burgueses y montaron marchas a los pueblos, donde cada
uno se buscaba a sí mismo. Avanzando en la génesis de la Escuela de Madrid, dos
grupos sedimentaron y acrisolaron su singularidad. En principio surge el
colectivo denominado La Palangana. Y más tarde otro con el apelativo de La
Colmena. Hasta ahora ha predominado cierta timidez o pudor poco explicados, a
la hora de marcar las variables que les hacían diferentes. El libro de la
Historia de la Real Sociedad Fotográfica, dedica a este asunto un sólo título,
aunque reconoce que los integrantes de La Palangana: “Son el germen de lo que
después se conocería como la Escuela de Madrid” y a los de La Colmena les
menciona como “un grupo más amplio y más abierto, como respuesta a La
palangana, en el que sólo cabían cinco o seis”. No obstante, escudriñando las
distintas corrientes y lejos de hacer un análisis simplista de las dos
tendencias, es cierto que tenían diferencias encontradas; habiendo corrido el
riesgo de ruptura. Nada de lo que sucedía en la Real, podía ser sorprendente, era
fiel reflejo del tiempo que les tocó vivir. Su historia da cuenta de ello.
Aristocracia, burguesía, sociedad con poder económico, guerra que desgarra,
abandono del pictorialismo, popularización de la fotografía y unos
fotografiaban aquello que eran y otros lo que les hubiera gustado ser. La España neorrealista y la
España aparente. Los dos grupos miraban la misma realidad, pero cada uno la
veía de diferente manera. Aunque a través de su obra sería una temeridad hacer
una dicotomía de las intenciones. Las actitudes grupales, los liderazgos
emergentes, las rupturas subyacentes, marcaron pautas que constataron que se
trataba de dos tendencias claramente definidas y a veces encontradas.
Conservadores y progresistas, vivo reflejo de la España de los vencedores y
vencidos. Depende de cómo se perciba una imagen, se puede intuir al autor.
Cuando estos fotógrafos salieron de Madrid para tomar fotografías de lo feo, lo
pobre, lo humilde, quizás, estaban sacando a la luz los trapos sucios que el sistema deseaba ocultar. Podemos admitir
la inocencia o falta de intención de un fotógrafo cuando toma una foto a dos
campesinos descalzos o cualquier otra característica de las carencias y el
subdesarrollo, pero no podemos obviar, que todos fueran así. Tampoco se puede
negar que en estos dos movimientos que integraron la Escuela de Madrid, hubiera
intencionalidad política porque es consustancial al tejido social, al cual pertenecían los fotógrafos.
Y analizando conductas globales, La Palangana y no hay que tener complejos en
decirlo, era de rasgos más homologados con el régimen, que La Colmena. El
devenir de los años posteriores, vinieron a reconocer la preponderancia de un
grupo sobre el otro. El catálogo del Ministerio de Cultura es suficientemente
ilustrativo. De un censo de veintidós autores sólo nueve aparecen con biografía y su correspondiente
galería, el resto una reseña que más tenía de epitafio que de biografía. El
lector es legítimo que se pregunte dónde quiere llegar el autor de este
artículo. Mi deseo es ejercer el derecho a discrepar de los exégetas oficiales
de los fotógrafos de la Real Sociedad Fotográfica. Mi propósito es reivindicar
el reconocimiento de la memoria histórica y artística, sin prejuicios, de todos los autores que crearon el
movimiento fotográfico más importante del neorrealismo español en Madrid. La
Escuela de Madrid que se presentó en el año 2006 en el museo Conde Duque de
Madrid, según la comisaria Mónica Carabias Álvaro, estaba constituida por un
grupo de seis amigos. Así lo declaró
a la cadena SER. Los seis fotógrafos que integran esta mini escuela, son los
fundadores de la Palangana. Pretendo, de igual forma, que a la Escuela de
Madrid se le reconozca la creatividad técnica y artística de fotógrafos que
desde sus puntos de vista, fueron capaces de fotografiar España a lo largo de tres
décadas. Y recuperar la otra Escuela de Madrid que también es
patrimonio de la Real Sociedad Fotográfica. Es evidente que para adentrar en
este tema, ha sido necesario partiendo de las posturas mantenidas por la tradición,
obtener más información. El libro de la Historia de la RSF, incluye desde el
año 1953 una serie de obras correspondientes a treinta y tres fotógrafos. Cotejando
esta relación con los fotógrafos de las dos formaciones dentro de la RSF, apenas
hay tres de La Colmena. El contenido del propio libro atribuye su pertenencia a
La Palangana a nueve fotógrafos, a El Grifo les concede cinco miembros y a La
Colmena ocho fundadores. Un total de veintidós. Al consultar el censo del
catálogo de la Escuela de Madrid, editado por el Ministerio de Cultura,
encontramos en la sección FOTOGRAFÍAS / BIOGRAFÍAS, que podríamos llamar de los
fotógrafos mayores, a nueve, cuya
lista coincide con el mismo número de integrantes de La Palangana, salvo un
fotógrafo que consta en el libro de la Historia de la RSF, como perteneciente a
La Colmena. El mencionado catálogo
publica un resumen biográfico de cada uno de los nueve con su retrato
correspondiente y un total de 171 fotografías. Una media de 19 fotografías por
fotógrafo. Bajo el título de OTROS AUTORES,
relaciona 13 autores que es evidente que les consideran como fotógrafos menores. Sin biografía, sin
retrato y sin ilustraciones de su obra; Sólo menciona 27 obras pertenecientes a
la totalidad. Para ser exactos algunas de estas imágenes se pierden en el largo
introito redactado por uno de los fotógrafos
mayores. Una muestra desproporcionada porque sólo alcanzan una media por
autor de escasamente dos ilustraciones. Consultando esta lista de trece con los
fundadores de La Colmena, tres de ellos constan como menores y otro integrante en
La Palangana. Siguiendo los pasos de los
miembros que hicieron de La Escuela de Madrid, un movimiento artístico único,
llegamos al año 2000. Una exposición itinerante de 25 fotógrafos de la Real
presentan cerca de 100 obras y entre los autores hay dos de la Escuela de
Madrid, uno procedente de La Palangana y otro de La Colmena. Bien es verdad que
entre los fotógrafos se puede descubrir un apellido correspondiente a La
Palangana, Vielba, pero se trata de Carmen, no de Gerardo. El nombre de este
fotógrafo brilla con luz propia en muchos de los eventos y su protagonismo
rebasa el hecho de que fuera presidente de nuestra Sociedad. Este artículo
tendría suficiente rigor si sólo hablaran los datos, que más abajo se muestran.
Más aún, la cultura imperante en la Real Sociedad Fotográfica, sobre todo en lo
relativo a la divulgación de lo que fue La Escuela de Madrid, no ha dejado la
misma huella de todos los fotógrafos que
la integraron, así como de sus obras. Por este motivo ha sido preciso salir
extramuros para buscar los testimonios de la otra Escuela de Madrid. Aquellos que se han caído de las listas de
los fotógrafos considerados mayores y duermen en el más absoluto
olvido. Siguiendo y escuchando su paso por la Real se descubre a los creadores
y protagonistas de una obra que enriqueció con su saber hacer la fotografía madrileña
del siglo XX. Para apoyar, reforzar y
demostrar lo hasta aquí expuesto, más adelante mostraré las relaciones que marcaron
el protagonismo y la voluntad de integración de los diferentes grupos y
subgrupos. Mientras, en Barcelona se producía un movimiento similar, pero su
consideración sería motivo de otro ensayo. En muchos casos no vivieron de
espaldas, uno del otro, y forman una corriente fotográfica con infinidad de aspectos en común. El libro de
la Historia de la Real Sociedad Fotográfica: Voluntad de fotógrafos, ha sido
muy importante para arrancar mi ensayo. De igual forma, si su contenido pretende
ser el vivo reflejo de lo que realmente posee la Real en sus fondos
fotográficos, documentales y bibliográficos, es posible que en el transcurrir del
tiempo, parte de su legado se haya caído
por el camino. No podemos olvidar que es público y notorio que la Real Sociedad
Fotográfica, ha sido un punto referencial único, desde hace más de un siglo. Y
además la gigantesca obra de los fotógrafos de la Escuela de Madrid,
cualitativa y cuantitativamente, constituyen un patrimonio similar y
proporcional al movimiento del llamado neorrealismo
italiano. El documento más reciente que he consultado, pretende ser una
carta de presentación de la Real Sociedad Fotográfica de Madrid, ante la
Exposición de la RSF en PHE07. Aunque tiene vocación informativa, no menciona
que existió La Colmena. Sobre todo en el periodo donde mis pretensiones se
centraban más, en los años 1950-1975. Ignoro el motivo por el cual el texto sólo
menciona a La Palangana. Consultando autores fuera del perímetro de la RSF, se
puede observar que los fotógrafos de la Escuela de Madrid, en general y La
Palangana y la Colmena, en particular, consolidaron una forma común de entender
la fotografía con fortísimas individualidades. El grupo solía realizar
excursiones de fin de semana por los pueblos de la región de Madrid, y en ellas
la línea documental que se hacía en Europa se canalizaba a través de estilos
muy diferentes. El propio Cualladó cuanta que fueron bastantes criticados por
intentar retratar “los mocos y la miseria” en sus fotografías. De nuevo, el
hilo conductor de algunos de estos fotógrafos de la Escuela de Madrid es la
insistente presencia humana que se desprende de sus obras. Siendo Gabriel
Cualladó un miembro destacado de La Palangana, no podemos negarle una
manifiesta intención de crítica y denuncia social. Fueron las conductas
observables las que determinaron el factor diferencial, entre los homologados
con el régimen triunfante y los perdedores pero discrepantes con la realidad
impuesta. Más adelante constataremos estas diferencias. Es de lamentar que en
algunas ocasiones primara más la filiación ideológica, que la realidad que se
estaba plasmando para asombro del mundo fotográfico. Para finalizar esta
primera parte del artículo añadiré que, entre la bibliografía consultada está
el “Homenaje a Gerardo Vielba” organizado por “La Escuela de Madrid”. Noviembre
1993. Se editó un catálogo muy bien ilustrado con fotografías de 26 autores, de
los cuales sólo uno pertenece a La Colmena. Siete integrantes de La Palangana y
éstos más dos, es decir nueve, son los considerados por el catálogo del
Ministerio de Cultura como La Escuela de Madrid, dándoles el rango de fotógrafos
mayores. Y hasta 26, un total de 16 no consta en ninguno de los documentos
consultados como pertenecientes al grupo que organizaba el homenaje. Este
catálogo es el epitafio a toda una época donde se constituyó una visión oficial
y parcial del movimiento neorrealista
español. Determinando quienes pertenecían y quienes no a la Escuela de Madrid.
Este homenaje en su mensaje inicial pretende presentar una confluencia de fotógrafos, rubricados por los FOTÓGRAFOS DE LAS
ESCUELA DE MADRID. La confluencia es posible que la hayan logrado, pero no en
torno a La Escuela de Madrid, porque “el haber reunido 26 fotógrafos vinculados
a Madrid”, cuando sólo 9 pertenecían a la magistral Escuela de Madrid, es
forzar la realidad. Este homenaje es el
broche de oro que confirma la férrea voluntad de excluir a los fotógrafos por
razones que en nada tenían relación con
el universo fotográfico.
Pedro Taracena
Gil
Vocal de la
Junta Directiva de la RSF
LA COLMENA (Primera
parte)
De izquierda a derecha Rafael Sanz Lobato, Donato de Blas, Sigfrido de
Guzmán, Carlos Miguel Martínez, Evaristo Martínez Botella, Carlos Hernández
Corcho, Serapio Carreño y Vicente Nieto Canedo. El fotógrafo fue Eduardo Bordete
Landa y tiró la foto con una cámara Brónica 6X6 de Lobato. Los miembros de La
Colmena recuerdan la ausencia del fotógrafo José Blanco Pernía, ausente en
París. Esta fotografía fue utilizada para felicitar a los miembros de La
Palangana el año 1971. El plató fue improvisado en el patio de la empresa
“Compañía belga de los pinares del Paular”, situada en la calle Argumosa, a dos
pasos de la estación de Atocha de Madrid.
La Escuela de
Madrid, auténtico movimiento del neorrealismo
español, surgió en el seno de la Real Sociedad Fotográfica, durante los
años cincuenta, proyectándose hasta la década de 1970. Según el censo recogido
en el catálogo que sirvió de apoyo a la exposición patrocinada por el
Ministerio de Cultura en 1988, la pléyade de fotógrafos que integraron este
auténtico mester de la imagen, se eleva a veintidós. De todas aquellas personas que
se acerquen a este foro del bien hacer fotográfico, contemplado desde la
atalaya del siglo XXI, no seré yo quien cometa la osadía de hacer una crítica
cualitativa de la obra de todos y cada uno de los autores. Toman parte de la
historia fotográfica de España y son el reflejo fotográfico de su pueblo. Sin
embargo, es mi propósito profundizar en sus raíces ancladas en la España de la
dictadura, sin complejos y acercándome a su pluralidad. Inmersos en una
sociedad viviendo casi de prestado y forzados al uniformismo, algunos huyeron
de él y mostraron una riqueza fotográfica lejos de las pretendidas pautas
oficiales, empeñadas en mantener que los fotógrafos de la época eran ajenos a
los compromisos sociales. Abandonaron el estudio y el plató, las cámaras
palaciegas, los salones burgueses y montaron marchas a los pueblos, donde cada
uno se buscaba a sí mismo. Avanzando en la génesis de la Escuela de Madrid, dos
grupos sedimentaron y acrisolaron su singularidad. En principio surge el
colectivo denominado La Palangana. Y más tarde otro con el apelativo de La
Colmena. Hasta ahora ha predominado cierta timidez o pudor poco explicados, a
la hora de marcar las variables que les hacían diferentes. El libro de la
Historia de la Real Sociedad Fotográfica, dedica a este asunto un sólo título,
aunque reconoce que los integrantes de La Palangana: “Son el germen de lo que
después se conocería como la Escuela de Madrid” y a los de La Colmena les
menciona como “un grupo más amplio y más abierto, como respuesta a La
palangana, en el que sólo cabían cinco o seis”. No obstante, escudriñando las
distintas corrientes y lejos de hacer un análisis simplista de las dos
tendencias, es cierto que tenían diferencias encontradas; habiendo corrido el
riesgo de ruptura. Nada de lo que sucedía en la Real, podía ser sorprendente, era
fiel reflejo del tiempo que les tocó vivir. Su historia da cuenta de ello.
Aristocracia, burguesía, sociedad con poder económico, guerra que desgarra,
abandono del pictorialismo, popularización de la fotografía y unos
fotografiaban aquello que eran y otros lo que les hubiera gustado ser. La
España neorrealista y la España aparente. Los dos grupos miraban la misma
realidad, pero cada uno la veía de diferente manera. Aunque a través de su obra
sería una temeridad hacer una dicotomía de las intenciones. Las actitudes
grupales, los liderazgos emergentes, las rupturas subyacentes, marcaron pautas que
constataron que se trataba de dos tendencias claramente definidas y a veces
encontradas. Conservadores y progresistas, vivo reflejo de la España de los
vencedores y vencidos. Depende de cómo se perciba una imagen, se puede intuir al
autor. Cuando estos fotógrafos salieron de Madrid para tomar fotografías de lo feo,
lo pobre, lo humilde, quizás, estaban sacando a la luz los trapos sucios que el sistema deseaba ocultar. Podemos admitir
la inocencia o falta de intención de un fotógrafo cuando toma una foto a dos
campesinos descalzos o cualquier otra característica de las carencias y el
subdesarrollo, pero no podemos obviar, que todos fueran así. Tampoco se puede
negar que en estos dos movimientos que integraron la Escuela de Madrid, hubiera
intencionalidad política porque es consustancial al tejido social, al cual
pertenecían los fotógrafos. Y analizando conductas globales, La Palangana y no
hay que tener complejos en decirlo, era de rasgos más homologados con el
régimen, que La Colmena. El devenir de los años posteriores, vinieron a reconocer
la preponderancia de un grupo sobre el otro. El catálogo del Ministerio de
Cultura es suficientemente ilustrativo. De un censo de veintidós autores sólo nueve
aparecen con biografía y su correspondiente galería, el resto una reseña que
más tenía de epitafio que de biografía. El lector es legítimo que se pregunte
dónde quiere llegar el autor de este artículo. Mi deseo es ejercer el derecho a
discrepar de los exégetas oficiales de los fotógrafos de la Real Sociedad
Fotográfica. Mi propósito es reivindicar el reconocimiento de la memoria
histórica y artística, sin prejuicios, de todos
los autores que crearon el movimiento fotográfico más importante del
neorrealismo español en Madrid. La Escuela de Madrid que se presentó en el año
2006 en el museo Conde Duque de Madrid, según la comisaria Mónica Carabias Álvaro,
estaba constituida por un grupo de seis amigos.
Así lo declaró a la cadena SER. Los seis fotógrafos que integran esta mini escuela,
son los fundadores de la Palangana. Pretendo, de igual forma, que a la Escuela
de Madrid se le reconozca la creatividad técnica y artística de fotógrafos que,
desde sus puntos de vista, fueron capaces de fotografiar España a lo largo de tres
décadas. Y recuperar la otra Escuela
de Madrid que también es patrimonio de la Real Sociedad Fotográfica. Es
evidente que, para adentrar en este tema, ha sido necesario partiendo de las
posturas mantenidas por la tradición, obtener más información. El libro de la
Historia de la RSF, incluye desde el año 1953 una serie de obras correspondientes
a treinta y tres fotógrafos. Cotejando esta relación con los fotógrafos de las
dos formaciones dentro de la RSF, apenas hay tres de La Colmena. El contenido
del propio libro atribuye su pertenencia a La Palangana a nueve fotógrafos, a
El Grifo les concede cinco miembros y a La Colmena ocho fundadores. Un total de
veintidós. Al consultar el censo del catálogo de la Escuela de Madrid, editado
por el Ministerio de Cultura, encontramos en la sección FOTOGRAFÍAS / BIOGRAFÍAS,
que podríamos llamar de los fotógrafos
mayores, a nueve, cuya lista coincide con el mismo número de integrantes de
La Palangana, salvo un fotógrafo que consta en el libro de la Historia de la
RSF, como perteneciente a La Colmena. El mencionado catálogo publica un resumen
biográfico de cada uno de los nueve con su retrato correspondiente y un total
de 171 fotografías. Una media de 19 fotografías por fotógrafo. Bajo el título
de OTROS AUTORES, relaciona 13 autores que es evidente que les consideran como fotógrafos menores. Sin biografía, sin
retrato y sin ilustraciones de su obra; Sólo menciona 27 obras pertenecientes a
la totalidad. Para ser exactos algunas de estas imágenes se pierden en el largo
introito redactado por uno de los fotógrafos
mayores. Una muestra desproporcionada porque sólo alcanzan una media por
autor de escasamente dos ilustraciones. Consultando esta lista de trece con los
fundadores de La Colmena, tres de ellos constan como menores y otro integrante en La Palangana. Siguiendo los pasos de los miembros que hicieron
de La Escuela de Madrid, un movimiento artístico único, llegamos al año 2000. Una
exposición itinerante de 25 fotógrafos de la Real presenta cerca de 100 obras y
entre los autores hay dos de la Escuela de Madrid, uno procedente de La
Palangana y otro de La Colmena. Bien es verdad que entre los fotógrafos se
puede descubrir un apellido correspondiente a La Palangana, Vielba, pero se
trata de Carmen, no de Gerardo. El nombre de este fotógrafo brilla con luz
propia en muchos de los eventos y su protagonismo rebasa el hecho de que fuera
presidente de nuestra Sociedad. Este artículo tendría suficiente rigor si sólo
hablaran los datos, que más abajo se muestran. Más aún, la cultura imperante en
la Real Sociedad Fotográfica, sobre todo en lo relativo a la divulgación de lo
que fue La Escuela de Madrid, no ha dejado la misma huella de todos los fotógrafos
que la integraron, así como de sus obras. Por este motivo ha sido preciso salir
extramuros para buscar los testimonios de la otra Escuela de Madrid. Aquellos que se han caído de las listas de
los fotógrafos considerados mayores y
duermen en el más absoluto olvido. Siguiendo y escuchando su paso por la Real se
descubre a los creadores y protagonistas de una obra que enriqueció con su saber
hacer la fotografía madrileña del siglo XX. Para apoyar, reforzar y demostrar lo hasta
aquí expuesto, más adelante mostraré las relaciones que marcaron el
protagonismo y la voluntad de integración de los diferentes grupos y subgrupos.
Mientras, en Barcelona se producía un movimiento similar, pero su consideración
sería motivo de otro ensayo. En muchos casos no vivieron de espaldas, uno del
otro, y forman una corriente fotográfica con infinidad de aspectos en común. El
libro de la Historia de la Real Sociedad Fotográfica: Voluntad de fotógrafos,
ha sido muy importante para arrancar mi ensayo. De igual forma, si su contenido
pretende ser el vivo reflejo de lo que realmente posee la Real en sus fondos
fotográficos, documentales y bibliográficos, es posible que en el transcurrir del
tiempo, parte de su legado se haya caído
por el camino. No podemos olvidar que es público y notorio que la Real Sociedad
Fotográfica, ha sido un punto referencial único, desde hace más de un siglo. Y
además la gigantesca obra de los fotógrafos de la Escuela de Madrid,
cualitativa y cuantitativamente, constituyen un patrimonio similar y
proporcional al movimiento del llamado neorrealismo
italiano. El documento más reciente que he consultado, pretende ser una
carta de presentación de la Real Sociedad Fotográfica de Madrid, ante la
Exposición de la RSF en PHE07. Aunque tiene vocación informativa, no menciona
que existió La Colmena. Sobre todo, en el periodo donde mis pretensiones se
centraban más, en los años 1950-1975. Ignoro el motivo por el cual el texto sólo
menciona a La Palangana. Consultando autores fuera del perímetro de la RSF, se
puede observar que los fotógrafos de la Escuela de Madrid, en general y La
Palangana y la Colmena, en particular, consolidaron una forma común de entender
la fotografía con fortísimas individualidades. El grupo solía realizar
excursiones de fin de semana por los pueblos de la región de Madrid, y en ellas
la línea documental que se hacía en Europa se canalizaba a través de estilos
muy diferentes. El propio Cualladó cuanta que fueron bastantes criticados por
intentar retratar “los mocos y la miseria” en sus fotografías. De nuevo, el
hilo conductor de algunos de estos fotógrafos de la Escuela de Madrid es la
insistente presencia humana que se desprende de sus obras. Siendo Gabriel
Cualladó un miembro destacado de La Palangana, no podemos negarle una
manifiesta intención de crítica y denuncia social. Fueron las conductas
observables las que determinaron el factor diferencial, entre los homologados
con el régimen triunfante y los perdedores, pero discrepantes con la realidad
impuesta. Más adelante constataremos estas diferencias. Es de lamentar que en
algunas ocasiones primara más la filiación ideológica, que la realidad que se
estaba plasmando para asombro del mundo fotográfico. Para finalizar esta
primera parte del artículo añadiré que, entre la bibliografía consultada está
el “Homenaje a Gerardo Vielba” organizado por “La Escuela de Madrid”. Noviembre
1993. Se editó un catálogo muy bien ilustrado con fotografías de 26 autores, de
los cuales sólo uno pertenece a La Colmena. Siete integrantes de La Palangana y
éstos más dos, es decir nueve, son los considerados por el catálogo del
Ministerio de Cultura como La Escuela de Madrid, dándoles el rango de
fotógrafos mayores. Y hasta 26, un
total de 16 no consta en ninguno de los documentos consultados como
pertenecientes al grupo que organizaba el homenaje. Este catálogo es el
epitafio a toda una época donde se constituyó una visión oficial y parcial del
movimiento neorrealista español. Determinando
quienes pertenecían y quienes no a la Escuela de Madrid. Este homenaje en su
mensaje inicial pretende presentar una confluencia
de fotógrafos, rubricados por los FOTÓGRAFOS DE LAS ESCUELA DE MADRID. La
confluencia es posible que la hayan logrado, pero no en torno a La Escuela de
Madrid, porque “el haber reunido 26 fotógrafos vinculados a Madrid”, cuando
sólo 9 pertenecían a la magistral Escuela de Madrid, es forzar la
realidad. Este homenaje es el broche de
oro que confirma la férrea voluntad de excluir a los fotógrafos por razones que
en nada tenían relación con el universo fotográfico.
Pedro Taracena
Gil
Vocal de la
Junta Directiva de la RSF
LA COLMENA (Segunda y
última parte)
AUTORES CUYAS OBRAS SE HAN INCLUIDO EN EL LIBRO DE LA HISTORIA DE LA RSF
(A partir de 1953).
|
|
(1) Premio Nacional de Bellas Artes.
(2) Premio Nacional de Fotografía.
(3) Premio Nacional de Fotografía.
(4) Medalla de Oro al Mérito de la Bellas Artes.
(5) Premio Nacional de Fotografía y Medalla de Oro al Mérito de las Bellas
Artes.
Esta
relación de fotógrafos es sin duda magistrales, pero no obstante, la historia
reclama la presencia, también, de: Antonio Tabernero, responsable de FOTOGRAFÍA
en el CATÁLOGO de la exposición 50 AÑOS DE FOTOGRAFÍA ESPAÑOLA (1900 – 1950).
Martínez Botella miembro de La Colmena y Justo Navas.
LA PALANGANA
Según
datos del libro Historia de la Real Sociedad Fotográfica:
|
|
La fiebre de
los grupos continúa:
EL GRIFO
|
Rumor de crear
EL CANDIL y LA LECHUZA. “El resto de los
socios decidían crear el avispero, para ver si salimos de él”
LA COLMENA
“Se proclaman
antiminoritarios y se autodenominan así por su carácter laborioso y su sentido
comunitario”.
Fundado
por iniciativa de: Carlos Miguel
|
|
LA ESCUELA DE MADRID SEGÚN EL CATÁLOGO DEL MINISTERIO DE CULTURA
|
|
Sigfrido de Guzmán tomó parte de ambos colectivos, La Palangana y La Colmena.
Fotógrafos considerados menores:
|
|
Los
supervivientes de este grupo, son los que nos muestran su escándalo por la
mutilación que hicieron de la Escuela de Madrid. La responsabilidad directa es
de los tres autores de la presentación del catálogo libro. Pero sobre todo de
Gerardo Vielba, conocedor como pocos de la Real Sociedad Fotográfica, ya que
fue su presidente. He tenido la enorme fortuna de conocer de primera mano una
valoración de algunos de ellos, considerados como grandes fotógrafos. Me honra
el mencionarles aquí y me llena de satisfacción rendirles un homenaje en
desagravio por aquella decisión ajena a criterios fotográficos:
|
LA ESCUELA DE MADRID VISTA POR MÓNICA CARABIAS ÁLVARO
|
|
VEINTICINCO AUTORES PERTENECIENTES A LA REAL SOCIEDAD FOTOGRÁFICA, PARTICIPARON EN LAS EXPOSICIONES DE INDALO PHOTO EN ALMERÍA Y DE ARTE IMAGEN EN ZARAGOZA.
|
|
*Fernando Gordillo estaba integrado en La Palangana.
**Carlos Corcho pertenecía a La Colmena.
***En el Boletín de la RSF que se ocupa de este evento, menciona que la fotógrafa es, Margarita González.
Aunque este último cuadro, tan sólo muestra que los dos grupos integrados en La Escuela de Madrid, llegaron a participar en la actividad de la Real hasta el año 2000, no he renunciado a mostrarlo porque revela, no solamente el cambio generacional, sino la participación de la mujer en la fotografía. Más de un 30%. Y esto demuestra, también, que La Real Sociedad Fotográfica y La escuela de Madrid, han sido a lo largo de la historia, como es imposible que fuera de otro modo, el vivo reflejo de la realidad socio política de las décadas 50, 60 y 70.
Antes de
abordar otras conclusiones de este artículo, es preciso, abundar en anécdotas,
relatos, actividad fotográfica, aportaciones técnicas y presencia en museos,
fuera de la Real Sociedad Fotográfica. Es evidente que los protagonistas de la
actividad de la Real, no han echado de menos a los socios, que siendo tan fotógrafos
como ellos, se vieron forzados a dejar la Sociedad rechazados por la tendencia
imperante.
En
1994 María Teresa G. Barranco escribía en el Boletín de la Real: “Miguel Ángel,
por acudir al tópico del artista universal, nos ha dejado una obra y una
herencia artística válida en sí mismo, sin que a nadie le preocupe sus alianza
o apoyo papal. Y si la autora de este trabajo se ha permitido esta breve
aclaración, que a todas luces debería ser innecesaria, a tenor de un breve
comentario que se suscitó dentro de las paredes de nuestra Sociedad, en el
transcurso de una conferencia sobre la necesidad o no del compromiso político
de los fotógrafos del tiempo que nos ocupa”.
Siendo la presidenta de la Real, sus palabras nos abren un camino para
entender su línea conductual, que nada tiene que ver con el arte. La obra del artista,
en este caso el fotógrafo, no es el producto necesario de su compromiso
político. Pero no hay duda de que en la intención del autor, sí hay una huella contundente.
¿Por qué la entonces presidenta se ve obligada a ejercer esta pedagogía
aclaratoria que nada tiene que ver con la obra fotográfica? La respuesta la
tenemos en el siguiente párrafo de su magistral lección, sobre La Escuela de
Madrid: “He añadido estas líneas a mi escrito confeccionado en el mes de
octubre con motivo de la presentación de la exposición “Gerardo Vielba,
fotógrafo” (Aunque después no llegó a publicarse) para aclarar o reiterar que
la denuncia social o su ausencia no determina absolutamente nada en la obra de
estos autores cuya riqueza de planteamientos, sensibilidad, belleza y emoción
les justifican como fotógrafos, creadores y artistas”. No seré yo quien
polemice sobre sus discutidas apreciaciones. Pero sí estoy en condiciones de
asegurar que Gerardo Vielba y su entrono, no representan a toda La Escuela de
Madrid.
Los
miembros de la Escuela de Madrid salían a los pueblos, cercanos o no tan
cercanos. Cuando elegían fotografiar los barrios más pobres, marginados e
inclusive derruidos, en algunas ocasiones fueron interrogados por la Guardia
Civil, ¿Porque quieren ustedes fotografiar estas casas tan miserables? Y esta
pregunta debía de ser respondida en el cuartelillo de la Benemérita para dar
explicaciones de la intención en la toma fotográfica. Y la franja que cruzaba
su carné de la Real con la bandera nacional, les salvó de mayores
complicaciones. Han irrumpido en procesiones y actos religiosos populares, captando
la España profunda en el más extenso sentido de la expresión, a donde
precisamente no les conducía su fervor espiritual. Se han traído en sus cámaras
las eras, las casas y campos de labor, a campesinos reflejando en sus rostros
el subdesarrollo. Escenas de mujeres confeccionando encajes y puntillas de
bolillos en las puertas de la calle. Familias enjalbegando las fachadas de sus
viejas casas, cansadas de tanta blancura por fuera y tan oscuras por dentro.
Niños jugando al fútbol con porterías improvisadas con su propia ropa.
Semblantes de niños y niñas que marcaban y definían a la clase social a la cual
pertenecían. Documentalismo, en suma, retratos que dejan huella de una niñez inexistente
y una juventud robada; Constancia del costumbrismo de la España que despertaba
del hambre y el subdesarrollo y sufría la acomodación a una normalidad
impuesta, no elegida. Miles y miles de fotografías testimonian el paso de creadores
de un estilo, una escuela, en suma. Pero nadie puede leer y mucho menos
adivinar que su intención estaba ajena a toda denuncia social. Sin embargo, lo
que sí se puede constatar, a través de la observación, es la homologación con
las posturas políticamente correctas del momento. Testimonios de la época nos
revelan los epítetos que abundaban a la hora de discrepar entre grupos rivales
dentro de nuestra sociedad, ajenos al universo fotográfico. Autores de la diáspora
que los hubo y aún viven, han trazado una carrera fotográfica dejando una
estela de éxitos y sentando cátedra en técnica y estética, dignos de ser
recuperados para el legado del cual nunca debían haber salido. Sus obras penden
de museos públicos y colecciones privadas y hasta premios nacionales. Uno de
los miembros de La Colmena luce con orgullo la Medalla al Mérito de la Bellas
Artes en su categoría de oro, por su documentalismo antropológico.
La
influencia de los oficialistas conservadores, sobre los socios progresistas,
han cerrado muchas puertas. Las fuentes de la Real Sociedad Fotográfica, han
sido referencia obligada para acceder a la fotografía creativa de Madrid. Es
evidente que aquellos que ostentaban el poder habiendo nacido en el seno del
grupo La Palangana, frenaban a La Colmena frente a fotógrafos que venían del
extranjero a buscar información. Existe información contratada suficiente para
hacer mucho más prolongado este ensayo y se podría, sin exagerar, elevar el
tono de los vocablos que han utilizado los fotógrafos para expresar las
desavenencias ideológicas que, durante demasiado tiempo, han utilizado a la
Real para disfrutar, los unos, del placer de la victoria y los otros, para
degustar la hiel de la derrota.
Me
voy a permitir una licencia personal y es dejar constancia de cómo he llevado a
término este breve ensayo, sobre La Colmena. A los pocos meses de ingresar en
la Real Sociedad Fotográfica, oí hablar de La Escuela de Madrid por primera vez
y comencé a documentarme. Tropecé con una única y granítica versión oficial y
al mismo tiempo una corriente de fotógrafos que se despegaban de ella. Ahora me
entusiasma el poder contagiar la idea de que el reto de recuperar la otra Escuela de Madrid, es posible porque
sigue tan viva como siempre.
Pedro
Taracena Gil
Vocal
de la Junta Directiva de la RSF
Fuentes consultadas:
|
LA REAL SOCIEDAD FOTOGRÁFICA
LA ESCUELA DE MADRID
EL NEORREALISMO HISPANO DE LA FOTOGRAFÍA
Acceso al reportaje completo:
EXPOSICIÓN DE SANZ LOBATO
Rafael Sanz Lobato, Premio Nacional de Fotografía 2011

Rafael Sanz Lobato (1932, 2015), nacido en Sevilla en 1932, pertenece a una generación de fotógrafos irrepetible de posguerra que a partir de los años 50 dio a nuestro país una producción documental excepcional. Estos fotógrafos, rechazaron las herencias de preguerra y se desvincularon de ellas, trabajaron con espíritu transgresor respecto al entorno establecido, tanto social como político y, naturalmente, con la práctica fotográfica dominante.
Sanz Lobato convirtió a la fotografía en una pasión desbordante. Como documentalista realiza varias series: “Bercianos de Aliste”, “La caballada de Atienza”, “La Rapa das Bestas”, o “Auto sacramental de Camuñas”. La realizada en la localidad de Bercianos, donde retrata de forma magistral la procesión conocida como del Santo Entierro, recibirá la atención de la revista americana Popular Photography, que en el año 1970, le publica un portafolio de 4 páginas.
La fotografía documental de Rafael Sanz Lobato nos muestra y nos hace reflexionar sobre un cierto temperamento de nuestro país que nos evoca y recuerda ciertas vivencias. Es capaz de rememorar, entender e interpretar una manera de vivir en un período no muy lejano de la España profunda, donde el carácter y el alma de este país se manifiestan a través de los ritos religiosos o civiles. Su sensibilidad extraordinaria también la encontramos en sus paisajes, donde transforma amaneceres o crepúsculos en pura poesía.
Su vasta cultura fotográfica le empuja constantemente a afrontar nuevos retos, alguno de ellos le aproximará primero al retrato y, más tarde, como colofón de su carrera, a la naturaleza muerta. En los primeros, encontramos una relación directa y humana con el modelo, en la tradición de los grandes retratistas, retratos en los que Rafael Sanz Lobato ha sabido encontrar el momento de inflexión, la bajada de la guardia del personaje ante una pared lisa y desnuda con una inequívoca dosis de dramatismo. Por otro lado, sus naturalezas muertas configuran una nueva etapa y constituyen otra gran lección de fotografía rebosante de buena inspiración, y excelente composición.
Rafael Sanz Lobato es un creador inquieto y rebelde, un hombre íntegro, curioso y «joven», absolutamente comprometido con su arte y su época.
Se concede el Premio Nacional de Fotografía a don Rafael Sanz Lobato porque se ha mantenido fiel a un método de trabajo a lo largo de su trayectoria de más de treinta años, y el conjunto de su obra mantiene una gran coherencia y solidez. Representa una generación puente entre los 50 y los 70 cuya visibilidad ha sido relativamente menor en la cultura fotográfica española, precisamente por coincidir con un cambio de época histórica. Su trabajo adopta un método de observación antropológica que tendrá múltiples consecuencias y un enfoque documental que actualiza el lenguaje fotográfico e influye en el fotoperiodismo contemporáneo.
Acceso reportaje completo:
Hasta ocho de los 22 premiados han nacido, residen o están vinculadas a Andalucía: los diseñadores Victorio & Lucchino, la actriz Carmen Sevilla, el guitarrista Paco Cepero, la cantaora La Paquera de Jerez (fallecida el pasado mes de abril), los toreros Ángel Luis Bienvenida y Juan Antonio Ruiz «Espartaco»; el fotógrafo Rafael Sanz Lobato y el Festival Iberoamericano de Teatro de Cádiz, premio que fue recogido por la alcaldesa de la ciudad, Teófila Martínez.
SELECCIÓN DE SU OBRA
No hay comentarios:
Publicar un comentario