(Breve ensayo sobre el
periodismo español)
Por
Pedro Taracena Gil
Periodista
Me permito hacer uso de mi
derecho a la libertad de expresión para hacer una crítica, no sé si destructiva
o constructiva, eso dependerá del talante de quien lo lea y del grado de
corporativismo que matanga la sexta para aceptar la crítica externa y la
autocrítica. Los Medios de Comunicación de España no se han caracterizado
demasiado por practicar las virtudes básicas del periodismo. De este pecado no
se libran los grupos privados y mucho menos los medios de titularidad pública.
Por qué me dirijo a La Sexta,
precisamente. Pues porque es la
única que da muestras de desprenderse del los vicios de la La Casta, aunque no
termine de marcar una línea independiente que la aleje de los demás.
Cuando Franco se hace con la
victoria en 1939 e implanta la dictadura, los medios de comunicación, públicos
y privados, secuestran la información e implantan la mentira. Hasta 1978 en
España se vive de la mentira, en la mentira y divulgando la mentira… La
Transición dura de 1975 a 1978, dilatarla más tiempo es perverso y tendencioso.
De 1978 la Constitución tutelada por el franquismo, nos devuelve el Estado de
Derecho quebrado por el golpe de estado que derrocó la República, la cual
gozaba de legitimidad nacional e internacional. Poner en duda estos hechos
históricos solamente obedece a la mala voluntad y al perverso hecho de haber
dejado impune el genocidio provocado por la dictadura.
Desde la entrada en vigor de la
Constitución hasta la llegada del Movimiento 15.M, España ha sido modelo de
libertad, democracia y desarrollo. Hemos sido capaces de implantar el Estado
del Bienestar: Educación, Sanidad y derechos sociales públicos y universales;
logrando un nivel económico que nos ha situado entre los países más avanzados
de la Unión Europea. Hasta la llegada de la crisis de 2007/2008, España era el
Jardín del Edén. Nos han gobernado mediante un bipartidismo, que resultaba un
matrimonio bien avenido con alianzas puntuales y escarceos extramatrimoniales
pero de buen rollito…
Es preciso hacer un paréntesis
para recordar que hemos sufrido un terrorismo de ETA execrable y también, el abyecto terrorismo de Estado; completando el
triángulo perverso con el terrorismo islámico que provocó la matanza del 11-M. Las
verdaderas víctimas de estos criminales hechos han sido las personas sin
discriminación. No obstante, los políticos sin distinción de color, se han
refugiado en las instituciones y han politizado el terrorismo como arma
arrojadiza para sacar réditos políticos. La prensa ha colaborado en la
confusión; liderando intrigas palaciegas y conspiraciones de toda índole. La
corrupción generalizada ha podrido el sistema y las instituciones ya no son
creíbles.
Durante este periodo de la modélica Transición, los Medios de Comunicación han vivido un acomodado régimen donde todo eran apariencias. Apariencia de independencia informativa, sin aclarar qué eran independientes o de quienes no recibían presiones. En este periodo se han llevado a cabo auténticos maridajes entre la prensa y el poder. Entre el capital y los partidos, entre la Iglesia y el Estado, entre los obispos y los medios. Ha habido parejas muy mal avenidas entre el director de un periódico y el Presidente del Gobierno de turno, mientras otras parejas formadas por similares personajes han sido auténticos idilios, hasta el extremo he escribir libros a la limón. La prensa escrita, sobre todo, tiene sus correspondientes tendencias políticas manifiestas y nada disimuladas. De esta homologación no se libra la Iglesia con sus propios medios homologados, como no podía ser de otro modo, con el anticristo. Con Este término me refiero como lo contario a la teología cristiana, muy asumida con la Iglesia cómplice con los crímenes del franquismo. La prensa es subvencionada para ejercer la propaganda de su ideología, de naturaleza contraría a los intereses del pueblo. De todos ellos Público sucumbió a los avatares de la financiación. Sin embargo los bancos condonan la deuda de los partidos para recibir prebendas de diversa índole. Sin olvidar la perversión institucionalizada de la llamadas puertas giratorias.
Han proliferado nuevos canales de televisión.
Los de titularidad pública son lacayos de sus amos, derrochando dinero público
sin disimulo. Los privados son polea de transmisión del partido afín. Hay
canales especializado sin paragón en la telebasura, donde el humanismo queda
postergado a la cota de audiencia. Donde el ser humano recibe un tarto indigno
en un país civilizado. Los telediarios son
variaciones del mismo tema… En estos medios, todos, son secuaces de la clase
dominante durante la Transición, es decir, La Casta. El bipartidismo, la
Iglesia, el Ejército, la Corona, los caciques, la Patronal y los Bancos. Donde
los valores del periodismo brillan por su ausencia: Periodistas que se
comportan como políticos en el parlamento; arrogándose que llevan a los medios
el pensar de la calle… Y son auténticos impostores del periodismo. He aquí sus
pretendidos que no conseguidos valores: independencia del poder, información
veraz y puntual. Antes de abrir la boca para hablar, basta saber qué medio les paga para adivinar con certeza
su opinión ya elaborada en el guión establecido. Y los tertulianos en general son
ignorantes y tendenciosos. Se salvan los especialistas que sí saben de qué
hablan y debaten. No obstante en el capítulo de los economistas, es evidente
que todos son elegidos en la línea de los Bancos y la patronal homologados con
la línea neoliberal de la Troika. Es evidente que el status que aquí se
presenta de ninguna forma representa al pueblo y mucho menos responde a sus
necesidades.
El Movimiento 15-M se echó
materialmente a la calle para denunciar: ¡Que no, que no nos representan!
¡Democracia real, ya! ¡Sí, se puede! ¡Sí, podemos! Todo un programa para
recuperar el poder y la democracia para el pueblo. En principio se nos
reprochaba que, solamente, ocupando las calles y las plazas no conseguiríamos nada.
Dimos el paso hacia la organización política y sorprendimos en las elecciones
europeas, en las municipales y autonómicas
y en las generales. La Casta y sobre todos los medios de comunicación,
no voy a decir que de toda línea política y condición porque todos sirven al
pensamiento único, este movimiento, les ha cogido con el paso cambiado y aún
están con el hipo del susto. Todos sin excepción se encuentran en un estado de
pánico permanente. Solamente saben: insultar descalificar, calumniar,
desprestigiar, ningunear… Pero sigue sin haber nadie que lleve a los medios,
las propuestas que este movimiento ha sido capaz de llevar al Parlamento. Es
verdad que hay algunos francotiradores como: Gabilondo, Wyoming, Évole, Pepa
Bueno, Ferrera y poco más.
Me creo un ciudadano muy bien informado, he sido devorador de dos y tres periódicos diarios y asiduo oyente de emisoras de radio que me satisfacían su línea editorial, pero desde el año 2008, he descubierto la farsa general y busco la noticia directa al margen de que me la sirvan bajo el tamiz de los dogmas de la Santa Transición.
Y ¿qué tiene que ver este breve
ensayo sobre la falta de objetividad en los medios, con el titular de mi
artículo? Pues, porque La Sexta pretende recuperar una parcela de libertad,
objetividad, independencia, aunque sin autocrítica y conservando el
corporativismo Made in Spain que
caracteriza a los medios de comunicación. En todos sus programas siguen los
mismos seudoperiodistas y los mismos tertulianos que estaban al servicio de La
Casta. Los platós de televisión están vacios del nuevo periodismo para una
nueva sociedad. De los acontecimientos que suceden a nuestro alrededor
solamente se quedan con la carroña.
Cada uno de los cuatro directores que pilotan los cuatro programas estrella: “Al
rojo vivo” “Más vale tarde” “La sexta noche” y “El objetivo”, saben que
albergan en sus espacios auténticos impostores del periodismo. Si los mantienen
es porque les proporcionan carnaza o
por imposición de la cadena. Estos personajes no solamente desmerecen la imagen
de la cadena, sino que desprestigian al director o directora correspondiente.
Se les permite montar un espectáculo indigno de llamarse periodismo. Son
incultos, están desinformados, son tendenciosos, muy mal educados y se les nota
que son secuaces y lacayos de La Casta.
Ahora el ciudadano no necesita
de estas tertulias gallinero para estar bien informados. Por Internet circula
todo lo positivo y negativo. Pero el internauta puede contrastar y además se
puede convertir en periodista. Adiós a los titulares manipulados. Adiós a las
exclusivas. Adiós a las primicias. Adiaos a los editoriales incondicionales
lacayos del poder. Hoy el pueblo tiene un criterio formado de la realidad al
margen de los voceros, muchos de ellos auténticos boceras en el burdo término
de la palabra.
Es ridículo escuchar a todos
estos impostores del periodismo, insultar y descalificar a los militantes y
votantes de Podemos. La estructura que esta organización política posee en
Internet y la mensajería WhatsApp con la cual se comunican los miles de
Círculos, les dejarían sin habla…
Además de los espacios de La Sexta
más arriba mencionados, brillan con luz propia en el universo de la
comunicación: El Intermedio, Salvados y la Sexta Columna.
BLOG’S QUE DIRIGE PEDRO
TARACENA
EL ÁNGEL CAÍDO de Ricado Bellever
Reportaje fotográfico: Pedro Taracena Gil
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