ÁLBUM DE UNA EVOLUCIÓN CON EL DEVENIR DE LA HISTORIA
USO Y ABUSO DE LA HEMEROTECA
ANA PASTOR LA MUSA DE LA MALDITA HEMEROTECA
Abusar de la llamada maldita hemeroteca supone caer en el vicio de atribuir a la cronología un valor constante, con el solo fin de desacreditar al entrevistado. En EL OBJETIVO este método de control es de dudosa eficacia, porque el entrevistado en cuestión no siempre mintió como único balance final. En el caso de Jorge Verstrynge si se le aplicara la maldita hemeroteca, desvirtuaría su perfil humanístico.
En mi experiencia personal la maldita hemeroteca de mi propia vida, resultaría haber cultivado una personalidad inestable y muy versátil. Yo nací en el seno de una familia de agricultores en un pueblo de Castilla en plena fiebre del nacionalcatolicismo. Hasta los 14 un niño manipulado por la educación despótica y la religión católica. La adolescencia la pasé en un Institución donde convergían tres facetas del régimen: la Iglesia, el Movimiento Nacional, el Sindicato Vertical y la Organización Juvenil Española (OJE). Asumí los valores de la cultura imperante. Era un joven de firmes convicciones religiosas y defensor del orden constituido.
El final formal de la dictadura la viví en Catalunya y Francia. En expresiones de mi maldita hemeroteca, comenzaba en mí un proceso de cambio de chaqueta. Había otras opciones que me hacían dudar y también me permitían elegir. En los años de la transición mi evolución fue copernicana. Abandoné la fe y comencé a recorrer los caminos de la razón. Me volví una auténtica veleta giratoria, orientando mis puntos cardinales con muchas variaciones y oscilaciones. Muy versátil y en palabras de mi maldita hemeroteca muy cambiante y como consecuencia poco fiable. En palabras de mi madre: “Antes te comías los santos por los pies y ahora no pisas la iglesia”. “Tampoco bautizas a tus hijos y no toman la primera comunión”. Según mi maldita hemeroteca: Un falso, hipócrita, donde no se sabe cuando mi vida era mentira o verdad.
En mi caso como el de Verstrynge y muchos de nuestra generación, no somos de fiar porque nuestra vida está montada en la mentira… Según en aplicación de la maldita hemeroteca.
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