Pedro Taracena Gil
Periodista
Isidoro Gracia
Exdiputado
“Profeso
que lo que ciertos cuitados han dado en llamar la anti-España, no es sino otra
cara de la misma España que nos une a todos con nuestras fecundas adversidades mutuas.”
Miguel de Unamuno
Miguel de Unamuno
“Paz,
piedad, perdón.”
Manuel
Azaña
DEBATE:
¿POR QUÉ ES IMPORTANTE CONOCER LA HISTORIA DE ESPAÑA?
Por Pedro Taracena Gil
¿POR QUÉ ES IMPORTANTE CONOCER LA HISTORIA DE ESPAÑA?
Por Pedro Taracena Gil
Esta pregunta formulada a un
español del siglo XXI que haya conocido con cercanía la España de la República,
la Guerra Civil, la Dictadura, la Transición y la Post- Transición, se
convierte en ardua tarea. ¿Por qué? Porque la Historia de España en su versión
oficial ha sido y sigue siendo contada por los vencedores.
No obstante, la unidad nacional
conseguida con la victoria del que fue Caudillo de España por la Gracia de
Dios, según consta en las monedas de la época, ha saltado por los aires. Sobre
todo en aquello que concierne a narrar la Historia de España a través de 17
Españas. Algunas de ellas renegando del nombre, la lengua, la bandera, el himno
y hasta de la Monarquía, bajo el techo legal de
España.
Las llamadas comunidades
históricas aceptan de mala gana la unidad de la nación impuesta por la
Constitución de la única patria, España. Es preciso constatar que el concepto
patria y nación, como exclusivas y excluyentes, no abandonan su condición de ser sentimientos y emociones,
y como tales pertenecen a lo íntimo y personal. La misma Constitución en su
preámbulo habla de “La Nación española…” Pero cuando tiene que constatar una
base jurídica habla de que: “España se constituye en un Estado social y
democrático de Derecho…”
Sin pretender contar la Historia
de España en su enésima versión oficial u oficiosa, hay hechos constatables que
justifican para algunos y para otros todo lo contrario, que los acontecimientos,
quizás, deberían de haber tomado otros derroteros. Sin embargo hay otra
pregunta que un español se puede formular, llevado por la invitación que la
Constitución le dice que: “La Justicia emana del pueblo y se administra en
nombre del Rey por Jueces y Magistrados”.
Por ejemplo hay intelectuales
profesionales del Derecho y gentes con sentido común, que ante esta sanción
constitucional se formulan la siguiente cuestión:
¿Con
qué legitimidad el Estado español lleva a los tribunales a los secesionistas,
cuando ha dejado impune un genocidio y una dictadura que como tal carecía de
legitimidad y que cometió crímenes de lesa humanidad?
Es verdad que el Régimen del 78
tiene respuesta legal a estos planteamientos, pero el resultado es que la reconciliación
entre los ciudadanos que vivimos en España, no se ha conseguido. El
enfrentamiento fratricida aún sigue latente y supura mucho odio. La
convivencia, la concordia, el respeto, el perdón y el diálogo, entran en conflicto
con la legalidad, la legitimidad, la libertad y la justicia. Los políticos han
dejado el trabajo a los jueces y los jueces no pueden resolver los conflictos
en el universo de las emociones. La sociedad española se ha perpetuado como una
sociedad caínica. Donde Caín y Abel dividen
familias y la ausencia de concordia es patente.
HECHOS HISTÓRICOS DIFÍCILES DE REBATIR
1. Proclamación
de la República en 1931 y su duración hasta 1939.
2. Golpe
de Estado en 1936: El general Franco obtiene el apoyo de la Oligarquía
económica, la Iglesia, el Ejército, los Caciques y Falange Española y de las
JONS, versión española del fascismo
italiano. Se le denominó Alzamiento Nacional.
3. Guerra
Civil 1936-1939. Bando Republicano contra Bando Nacional. Se le denominó
Cruzada de Liberación Nacional.
4. El general
Franco es exaltado a la Jefatura del Estado y nombrado Caudillo de España y
Generalísimo de los Ejércitos. Se crea el
Movimiento Nacional que integra a los victoriosos de la contienda. Se
declara como Estado Confesional, estableciendo el nacionalcatolicismo. El nuevo
régimen es una dictadura militarista integradora de fascistas de Falange
Española y eclesiásticos, donde el Derecho Canónico era ley civil y los
prelados ocupaban escaño en Las Cortes Generales.
5. Franco
estable que España siga siendo un Reino y nombra un Consejo del Reino. Cuyo
Consejo del Reino al morir el dictador, se estableció como Consejo de Regencia
para administrar la sede vacante
hasta la coronación del nuevo Rey.
6. El
objetivo que mantenían los golpistas que ayudaron a Franco al derrocar la República, era que los Borbones
volvieran a ocupar el Trono de España. Con esta restauración o instauración monárquica
la oligarquía, el ejército, la Iglesia y los Caciques, volverían a reinar en España. Y así fue hasta
nuestros días del siglo XXI
7. En 1975
muere en cama de muerte natural el sátrapa y como estaba escrito, se corona al
nieto del último Rey de España, Juan Carlos I.
8. En 1976
Adolfo Suárez propone a Las Cortes Generales una reforma política que
restablezca el Estado de Derecho, ausente desde 1939. Coloca de rondón la
Monarquía para que el pueblo, engañado, vote democracia y monarquía en el mismo
paquete.
9. En 1977
Las Cortes Generales, franquistas, decretan la Ley de la Amnistía, que trata
por igual a los verdugos y a su victimas. Dejando impune el Genocidio
Franquista y los Crímenes de la Dictadura.
10. El
decálogo de la ignominia se cierra con la Constitución de 1978, tutelada por
los mismos que dieron el golpe contra la República. Es decir: la Oligarquía
Financiera, el Oligopolio Energético, el Ejército, la Iglesia, los Caciques de
nuevo cuño, la Banca y la Gran Patronal. Una constitución burguesa donde la
economía de mercado marca las pautas para seguir explotando al trabajador.
PUNTOS
DE VISTA PARA EL DEBATE
Es evidente que la
reconciliación entre los españoles es una quimera. El tiempo y la torpeza de la
Transición, lejos de cerrar heridas, han provocados que aún estén sangrantes.
Al igual que la nación y la patria son emociones y sentimientos, la lengua
materna tiene un irrenunciable componente emocional. La ausencia de
reconciliación deja patente otras emociones, como son el odio, el rencor, la
desunión y la desconfianza.
Es cierto que se insulta
gratuitamente a quienes no comulgan con las ideas propias con el vocablo fascista. Pero también es cierto que el
franquismo no ha desaparecido en la era constitucional. Si el franquismo no se
condena y se permite hacer auténtica apología de sus crímenes, estas conductas negacioncitas provocan más discordia,
entre los herederos de los vencedores y los herederos de los vencidos.
El
decálogo de la ignominia marca claramente las dos o más Españas,
las dos o más Cataluñas y las demás
sensibilidades nacionales, patrióticas y políticas. Con estas premisas no se
puede pretender que haya una nación, una patria, una bandera, un himno, una
lengua o una única sensibilidad de forma de estado. Es un signo de hipocresía
compararnos con países que estos temas ya lo tienen solucionados desde hace
muchos años: Francia, Portugal, Italia, EEUU, etc. Por otro lado Bélgica o Gran
Bretaña, son países con problemas de secesionismo pero mantienen la valentía de
abordarlo democráticamente.
Las autoridades del Régimen del 78 mantienen un auténtico celo con el Sentimiento Religioso, el Agravio a los Símbolos Nacionales, el Respeto por las Víctimas del Terrorismo de ETA y por la Incitación al Odio. Todo con mayúsculas porque es de vital importancia para el Estado. Es evidente que estas consignas están establecidas por los vencedores. Por el Nacionalismo Vencedor. Y por las reminiscencias del franquismo enarbolando su impunidad.
Es evidente que si estas normas
se despojan del nacional catolicismo y del neo-franquismo, la libertad de expresión se homologaría con
un concepto laico. No es de sentido
común que los símbolos que no dejan de ser cosas materiales, tengan igual
protección moral que los seres humanos. El himno nacional, el concepto patria,
la bandera, las imágenes religiosas, el significado de todos ellos no afectan
directamente a nadie en particular. El hacer una caricatura de Mahoma o del
mismo Cristo, tienen el mismo valor inocuo que otorgar la medalla al mérito policial a la Virgen María, en un
país aconfesional.
El agrupamiento de las víctimas
de ETA, de los GAL, del Franquismo, del Acoso Escolar, del Machismo en todas
sus formas, sin duda, la condena de todos estos delitos, uniría más y
estaríamos más cerca de la reconciliación. De otra manera las víctimas siguen
siendo de 1ª, 2ª,3ª…
¿SE
PUEDE O SE DEBE CUESTIONAR LA FUNCIÓN DE ÁRBITRO DEL REY DE ESPAÑA Y LA POLÍTICA
DEL GOBIERNO DEL PARTIDO POPULAR?
1. El Rey
Emérito Juan Carlos I juró los Principios del Movimiento que legalizaba su condición de Rey. De dudoso
origen y legitimidad dinástica.
2. El Rey
Felipe VI tampoco ha condenado la dictadura; homologándose con las fuerzas que
tuvieron el mismo origen que la legitimidad de su augusto padre. Franco designó
Juan Carlos I y Fraga ministro de la dictadura creó Alianza Popular en el mismo
seno del franquismo, que luego pasó a denominarse Partido Popular.
3. El Rey y el triunvirato constitucional no
están interesados en desatar lo que quedó atado
y bien atado en la Constitución tutelada del 78. Felipe VI es natural y comprensible que abrace
el testamento de Franco: ESPAÑA UNA GRANDE Y LIBRE. La cuestión secesionista
supone un jaque al rey, y un hipotético referéndum para decidir, un jaque mate
a la Corona.
4. No
podemos rasgarnos las vestiduras porque ante la amenaza secesionista, el Rey
inclinara su balanza del mismo lado que el Partido Popular (Neo-Franquismo).
Pero hubiera sido un Rey de “todos” los españoles si se hubiera decantado por
un arbitraje activo obligando a “todos” a dialogar y negociar las reformas
urgentes y necesarias en nuestra ya desfasada Carta Magna. Sin embargo Felipe
VI ha confundido la Constitución Española con el Credo de Nicea.
5. Así las
cosas, los políticos han apostado por adorar la Constitución Española como si
fuera un Becerro de Oro. Es el nuevo Mesías Salvador. Al igual que el dogma nos
salva, su articulado traerá la concordia a los españoles. Sobre todo el
artículo 155.
6. No es
difícil saber qué es lo que España no puede soportar por más tiempo. Mejor
dicho son los españoles los que no debemos soportar más… Unos Medios de
Comunicación impostores del periodismo, corrompidos por el corporativismo y con total ausencia de
autocrítica, constituyen el nuevo NODO
que se encarga de la propaganda del Régimen del 78.
7. No hay
separación de poderes. La política está judicializada y la justicia politizada.
Con demasiadas influencias machistas, franquistas y del nacional-catolicismo.
El Fiscal General del Estado es el Fiscal General del Gobierno, sin duda. El
bipartidismo tergiversó el artículo 124 de la Constitución.
8. La
corrupción sistémica y generalizada ha convertido al Partido Popular en una
auténtica banda para delinquir. Nos desgobierna una mafia criminal. M. Rajoy
está como cobrador de sobres en B en la misma relación que otros procesados.
Pero el Fiscal jamás podrá procesar a su jefe. El Rey es inviolable y el
Gobierno también.
9. El
Gobierno del PP ha cometido crímenes de varias naturalezas: Crímenes por su
corrupción negada hasta límites infinitos. Su política es la gran mentira
apuntalada de embustes. Y luego crímenes directos contra la población. Es
decir, crímenes legales a las órdenes, no lo dudemos, de la augusta Merkel. Su
política de recortes ha provocado: Paro, desigualdad, hambre, pobreza infantil,
pobreza energética, éxodo de investigadores, emigración de la juventud,
abandono de los dependientes, muertes prematuras por falta de medicamentos…
10. La política española está instalada en la vida en la mentira. Como escribe
Vaclav Havel en su libro El poder de los
sin poder. En Rey y los constitucionalistas está defendiendo la
Constitución para salvar la unidad de España como si fuera un bien a proteger,
y no han defendido los derechos constitucionales de los ciudadanos, ante las
agresiones de los mercados. Qué credibilidad tiene Rajoy y sus secuaces cuando
ahora defienden la Constitución machacando y humillando a un pueblo con el
artículo 155, y vienen tanto el PSOE
como el PP de cometer crímenes legales con los recortes y las reformas
laborales, los unos y los otros y la reforma constitucional del PPSOE al
dictado del BCE.
Observación: El autor de este trabajo ha preferido situar el debate en un campo de girasoles, para que las imágenes de la Historia no distorsionen la reflexión. P.Taracena
ÁLBUM DEL FRANQUISMO
Editor: Pedro Taracena Gil
SOBRE LA FIEBRE DE LA
BÚSQUEDA DE SÍMBOLOS E IDENTIDADES
Por Isidoro Gracia
Ante el penúltimo acto de
auto identificación nacionalista, bendecido por el propio presidente del
Gobierno, recupero mi reflexión personal, cuya primera versión tiene tres lustros .
Mantenía Aristóteles, y
otros grandes pensadores, que para estudiar y fijar una idea abstracta era
necesaria una imagen. La ciencia social que Aristóteles desarrollo, hace 2.400 años,
es aún hoy la herramienta más avanzada del que disponemos los humanos, para
controlar unas sociedades en las que las ciencias aplicadas, que nos han aportado tecnologías capaces de destruir,
varias veces, el mundo que habitamos, dicho con muchos matices lo de controlar.
Aún cuando hay aportaciones importantes, a mí me gustan la aportaciones de
pensadores que me son próximos, como
Ortega y Gasset, sus prólogos a la “Rebelión de las Masas” fueron premonitorios
para entender el devenir del proyecto Europa, o las de Victoria Camps en “Virtudes
Públicas”, para afrontar en presente siglo desde una ética personal, pero parece
evidente que existe la necesidad de una evolución rápida que modernice e
implante de forma general un potente útil ético social.
Desde el respeto hacia los
que tienen necesidad para confirmar su identidad mediante vínculos
convencionales, tan básicos como los símbolos (para las religiones y los
nacionalismos son parte indispensable), yo me encuentro entre los que
sostenemos que esa atadura atávica es algo a superar, desde la razón, ya que
desde los sentimientos primarios que desatan no es posible.
Algunos no necesitamos para
sentirnos, gallegos, españoles, europeos y ciudadanos del mundo,
simultáneamente, más que nuestra voluntad y un modesto conocimiento de la
historia. Es más, creemos que las banderas, himnos, escudos, signos y demás
simbología son respetables, si sirven para unir voluntades y forjar
convivencia, y absolutamente prescindibles si se utilizan para la división y el
enfrentamiento.
Quizá algo ingenuamente,
entendemos que las lenguas, los idiomas, son instrumentos de comunicación, y
que su uso como elemento de imposición de culturas es algo rechazable, tanto si
los que así los utilizan lo hacen desde una mayoría, como si se hace desde una
minoría, lo que aún es peor.
Lo que sirve para
identificarnos y distinguirnos de los demás tiene que estar supeditado al bien
común; los derechos individuales y colectivos deben de aplicarse a las
personas, antes que a los territorios, y
para diferenciarse es preferible, antes que un signo físico, una condición humana,
como por ejemplo la condición de quien vive de su trabajo diferencia a la
mayoría de los humanos, de la condición de la minoría que vive de explotar y
manipular a los otros.
Con la misma autoridad, como
mínimo, con que algunos confrontan en base a haber nacido (siempre casualmente)
en un territorio, se puede afirmar que no es más gallego, catalán, alemán o
guineano quien nace, que aquel que voluntariamente quiere serlo.
La organización como tribu,
en que esos atavismos eran imprescindibles, fue superada hace mucho tiempo por naciones y estados, donde han seguido
siendo importantes pero que han permitido reducir, que no eliminar, su
necesidad para mantener la cohesión, mediante un contrato social basado en la
defensa de intereses comunes y derechos universales. Volver al primer plano como
principal herramienta, de relación con los vecinos, el puro sentimiento, y que eso
sea alabado y puesto como ejemplo por dirigentes de sociedades modernas, no
parece que sea algo bueno para superar las dificultades de convivencia. En
España deberíamos tener muy en cuenta como han radicalizado los nacionalismos
periféricos los sentimientos, hasta convertirlos en religión, para oscurecer
incluso la legítima defensa de intereses
y derechos de los ciudadanos a su cargo, y resulta difícilmente entendible que
quienes están obligados a la defensa de los intereses y derechos generales,
caigan en el error de entrar en ese juego ajeno a cualquier solución razonable
para los problemas que sufrimos.
Interesante y muy bueno como todo lo que me mandas amigo Pedro
ResponderEliminarClaros, concisos y acertados. Gracias.
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