jueves, 3 de marzo de 2022

DEGUSTACIONES

 


 EDWARD


Me gusta entregar justo cada noche,

cuando el cansancio exige del amor,

la magia de mis dedos

en tus negros cabellos,

hambrientos de caricias,

sedientos de besos

y que juveniles eclosionan

desde tu nuca titilante.

Me gusta que me llames

desde el sur de los sures

y me pidas lo innombrable,

que flexiones tus rodillas,

que se turja la espuela

dentro de su nido de ovas,

como un cubil de hormonas.

Hacer real todo ese imaginario

que guardaste

en arcón con llave:

lo más luminoso

de humana definición.

Me gusta tu asertividad

sin tabúes ni teorías.

Los pactos de silencio.

El eco de tus axilas.

Y esa espalda cuajada de gemidos,

cuando estamos en unión:

puente sin artificios,

vascularidad que mueve

rostros ensimismados

hasta las piernas como lianas.

Me gusta el sabor de tu precipicio

que es como abismo total:

tan dulce para mi lengua

ansiosa de tu miel,

donde suelo depositar ardor

cual noria perpetua.

© Eduardo Vladímir Fernández Fernández

12 de julio de 2012


GALERÍA EDWAR 



















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