domingo, 11 de noviembre de 2018

EL 11 DEL 11






La luz crea efectos tan espectaculares como fugaces. Por ejemplo, cuando los rayos de sol cruzan de punta a punta un túnel de 2,4 kilómetros en Valdealgorfa, Teruel. El fenómeno ocurre dos veces al año. Y dos veces sucede también este otro caso de belleza luminosa. El 2 de febrero -festividad de la Virgen de la Candelaria- y el 11 de noviembre, día de San Martín, a partir de las 8.20 de la mañana, la luz cruza la nave de la catedral de Palma de Mallorca para crear un ocho perfecto en la pared interior de la fachada principal, debajo del rosetón. En Mallorca lo llaman el «ocho de luz». Los rosetones mayor y menor del templo no fueron construidos de forma voluntaria para coincidir en una pared, uno auténtico, y el otro el reflejo del sol. Ambos se unen en el muro del vitral de Ponent. El espectáculo del 8, según los expertos, sería fruto del azar, como en el caso de Valdealgorfa. Decenas de personas suelen acudir cada año a ver este momento de perfección, que dura apenas unos minutos. Poco a poco, el rosetón inferior se desplaza como las agujas de un reloj, hasta desaparecer. Según han explicado matemáticos de la isla, el templo tiene una orientación especial, de 120 grados al sureste, hacia la salida del sol en el solsticio de invierno, lo que permite que los rayos atraviesen el rosetón mayor y coincidan exactamente con el rosetón menor. Este es el resultado.






LA LUZ EN LA CATEDRAL DE MALLORCA


























Editor: Pedro Taracena Gil




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