Por Pedro Taracena Gil
Escultura del Ricado Bellver
Los Ángeles Custodios han sufrido en mi
mente la misma transformación que mi vida. La metamorfosis de la
transcendencia del más allá, convertido en
lo próximo y tangible. De experimentar una época pía que casi
levitaba, he llegado a lo pragmático y a quedarme con los pies sobre la tierra. Los ángeles asexuados
han pasado a tener sexo ambivalente. Han renunciado a la pureza pero no a su
inteligencia. Han cambiado de dios. Antes Yavé ahora Eros. Antes sabiduría y gracia, ahora
razón, sensualidad y
sexualidad, energía creadora y positiva.
Aquellos ángeles de antaño, eunucos por el
reinos de los cielos, hogaño guían mis pasos hacia el festejo terrestre, imperando el
reino del sexo. El sexo se convierte en patrimonio del ser humano, no de ningún género. Sana y
natural ambivalencia. Mi Ángel Custodio guía mi razón en libertad y me inspira la energía sexual que
satura mi cuerpo de placer y felicidad. Me hace ser libre; prescindiendo de mis
cualidades moldeadas por el paradigma de una deidad. Cuyo paradigma sirve para
que la clase sacerdotal se arrogue la infalibilidad de vivir en la Verdad, su
verdad. Cuando mi Ángel de la Guarda me despojó de los hábitos sociales y
religiosos, preñados de prejuicios y de complejos, me sentí un hombre nuevo.
Lejos de dejar de ser hombre, me sentía más hombre y me diferenciaba más de los otros.
Me transmitía la suficiente energía como para
estimularme. Yo mismo conmigo mismo. Eros se hacía presente y
festejaba la llegada de tal energía erótica, que ya no distinguía qué género tenía aquel caudal de
naturaleza sensual.
Lejos de ser
contra natura Eros se hacía presente en hombres, en mujeres, mujeres que se sentían hombres y
hombres que se identificaban como mujeres. Había conseguido participar
en la rebeldía del Ángel Caído. Lograba transgredir la historia impuesta a la
humanidad por religiones concebidas para hombres castrados y mujeres mutiladas
sexualmente por la ablación. Y esto suponía una provocación para aquellos que aún eran tutelados
por la Corte Celestial: querubines, serafines y tronos; dominaciones virtudes y
potestades; principados, ángeles y arcángeles, Todos ellos me hicieron renunciar a la libertad,
la igualdad y a ser feliz. Sin embargo, El Ángel Caído es quien me ha
erguido sobre las miserias de la pureza y la virginidad. Luz Bell ha enarbolado
el estandarte de la lujuria en positivo; apetitos carnales que me reconocen el
derecho a la realización sexual, al gozo y la felicidad. La libertad de ser como
quiera ser…
ESTUDIO SOBRE EL ÁNGEL CAÍDO
EL ÁNGEL CAÍDO Descarga con música el Power Point
No hay comentarios:
Publicar un comentario