El Jardín de los afectos
El artista cubano 'Gallo' relata qué inspira sus obras
POR MATIAS J. OCNER
05 DE DICIEMBRE DE 2018
Héctor Pascual “Gallo” Portieles, de 94 años, un artista cubano no convencional, utiliza objetos que encuentra en su barrio de Alamar para crear arte. Su colección va más allá de su casa y llena parte del vecindario.
https://www.elnuevoherald.com/noticias/mundo/america-latina/cuba-es/article222665835.html
https://www.arteoutsider.com/galloportieles/
GALLO PORTIELES
El mundo de Gallo en Alamar
“Barbero de oficio, periodista de profesión, soñador por naturaleza y optimista por convicción.”
por Kaloian Santos
Foto: Kaloian.
Cada vez que me recorto mi escasa barba y el bigote me acuerdo de Héctor Pascual Gallo Portieles, uno de los seres humanos más sabios, entrañables e inspiradores con los que me he cruzado en mi vida. La remembranza me vienen porque uso una tijerita hermosa que me regaló hace quince años, cuando yo era aún más imberbe.
A Gallo lo conocí a comienzos de este siglo, cuando yo comenzaba a desandar de mochilero por Cuba, cámara en mano. Me lo presentó su nieta Rosibel quien, a su vez, fue una de las personas que me enseñó a manejar una cámara al tiempo que leíamos a Eduardo Galeano a orillas del río Jaguaní, en medio del Parque Nacional Alejandro de Humboldt, en el oriente cubano.
Foto: Kaloian.
La historia de Gallo es fascinante. Compartir con él y su compañera Emilia (a la que, si mal no recuerdo, le decía cariñosamente “mi novia” o “mami”); escuchar sus historias; presenciar sus miradas y gestos cómplices, es un recuerdo indeleble de amor que conservo.
A pesar de los años uno de las escenas más presentes y que puedo recitar de memoria es cómo se presentaba este hombre de barba y cabellera blanca; ataviado con de caracoles, collares, colmillos y un bastón: “Barbero de oficio, periodista de profesión, soñador por naturaleza y optimista por convicción”, soltaba Gallo con una gran sonrisa.
Foto: Kaloian.
Lo de barbero lo ejerció desde adolescente, para subsistir económicamente allá por la primera mitad del siglo pasado, en su Campo Florido natal. Por eso siempre andaba con una tijerita en su equipaje. Como estaba obligado a trabajar apenas asistió a la escuela. Pero su curiosidad lo llevó a fascinarse por lecturas varias y armarse un sin fin de referencias que le brindaron conocimientos y herramientas intelectuales. Y pasado el tiempo, con los primeros años de la Revolución, se convirtió en periodista y también en diplomático.
A sus 66 años y tras viajar y trabajar durante décadas por una treintena de países, llegó la hora de jubilarse para Gallo.
https://oncubanews.com/oncuba-media/galerias/por-el-camino/el-mundo-de-gallo-en-alamar/
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