lunes, 29 de agosto de 2016

LA REAL ACADEMIA ESPAÑOLA PREDICE EL FUTURO


distopía

Del lat. mod. dystopia, y este del gr. δυσ- dys- 'dis-2' y utopia 'utopía'.

1. f. Representación ficticia de una sociedad futura de características negativas causantes de la alienación humana.

Real Academia Española © Todos los derechos reservados






LA REAL ACADEMIA ESPAÑOLA PREDICE EL FUTURO

Por Isidoro Gracia

Exdiputado

He conocido que en la última revisión de la lengua la RAE ha incluido la palabra distopía, lo que, a la vista de la situación mundial, la europea y la española, parece una premonición.

Algunos de los que tenemos ya unas décadas tuvimos como lectura, para formar opinión cara al futuro que nos podía aguardar, aquellas obras que intentaban definir sociedades perfectas. El título del genero en que se encuadraban los libros era “Utopías”. En el diccionario de la RAE era sencillo encontrar sinónimos como ideal, es decir una sociedad utópica equivale a una sociedad ideal, o de ensueño, pero no existía una palabra que por sí sola definiera claramente la situación contraria, es decir el antónimo. Frente a la perfección del la utopía el total desastre.

Creo que hace pocos meses algún académico cayó en que existía una laguna e incorporó la palabra adecuada, ya de uso común en la ciencia ficción y otros géneros literarios de militancia, como el ecologismo, el término elegido ha sido distopía. Habida cuenta de cómo evoluciona la humanidad en todos los ámbitos, mundial, europeo y el español, la incorporación no solo es oportuna y necesaria, es como si mirando una bola de cristal los académicos hubieran vislumbrado el futuro.

La Utopía más conocida basada en una religión es la de Tomás Moro, se trata de una República en la que todos sus habitantes han alcanzado la felicidad. Esta la alcanzan por la organización, que creen que es la mejor del Estado. Es un país en el que no existe nada privado, todo es común y por lo que nadie teme carecer de nada. Les aseguro que el comunismo como referencia tardó casi 4 siglos, el santo se inspiraba en el cristianismo de los primeros años.

Hoy la respuesta religiosa se apellida “El califato”, es decir distopía clara, la RAE ha estado oportuna.

Una obra que me impactó basada en el Socialismo utópico, Noticias de Ninguna Parte (final del XIX) de William Morris, Escrita en los últimos años de su vida, Morris volcó aquí muchas de sus ideas sobre política y sociedad, imaginando un mundo anarco-libertario, situado en Londres, en el que el capitalismo ha sido abolido por una revolución y donde sociedad y naturaleza han devenido en hábitats confortables para la humanidad.

Hoy en ese Londres los que han triunfado son los partidarios del “brexit”, y si miramos ejemplos más próximos nos tropezamos con la CUP como alternativa anarco-libertaria. En este caso la RAE se adelantó por poco a los acontecimientos, incorporó distopía en 2014.

Aún cuando no fue escrita con esa intención, para mí La Tercera Ola, del muy recientemente fallecido, Alvin Toffler, puede calificarse de la utopía de la sociedad post-industrial, los cambios los iban a traer los avances de la tecnología en general y de la información en particular: se amplificaría la fuerza mental del ser humano, los medios de producción se desmasifican, las familias se adaptan a todas preferencia y mejora la convivencia, etc. lo malo es que un experimento sociológico con el mismo título de Tercera Ola, en una universidad, demostró que incluso las sociedades más libres, abiertas y mejor informadas, no están vacunadas contra el atractivo de ideologías autoritarias y dictatoriales. El hecho de que la democracia enfatice el individualismo se consideró un defecto de la democracia que puede acabar con ella. Para demostrarlo hoy han venido Donald Trump y todos los renacidos nacionalismos que crecen en la UE.

Siguiendo con nacionalismos, el catalán tiene su libro que puede tomarse como su utopía, “El Mecanoscrito del Segundo Origen”, a los muchos valores que describe: defensa del valor del conocimiento, de la amistad, el amor, la esperanza sin límite, puede sumarse uno que para los nacionalistas sería de la máxima importancia: toda la humanidad futura sería descendiente de catalanes. Lástima que para ello sería necesario un ataque alienígena que acabara con la mayor parte de los humanos y que el Adam de la nueva humanidad sería mulato. Probablemente para muchos de los defensores de las tribus puras eso lo convertiría en distopía.

LA ARCADIA

Por Pedro Taracena Gil