ESPAÑA, NO ES…
Por Pedro Taracena Gil
Periodista
Definir lo que es España es ardua tarea. Difícil para los mayores y más complejo todavía para los jóvenes. Para que la definición fuera completa sería necesario perfilar las mil y una Españas existentes…
Mi opción es tratar de definir lo
que no es España. A los niños que lo éramos en los años cuarenta y cincuenta
nos enseñaban su acotación geográfica:
España limita al norte con el Mar Cantábrico, Francia, los Montes
Pirineos y el Principado de Andorra. Al este con el Mar Mediterráneo. Al sur
con el mismo Mar Mediterráneo, el Estrecho de Gibraltar y parte del Océano
Atlántico. Al este con Portugal y el mismo Océano Atlántico. Al menos salimos
de la Escuela con la ubicación geográfica de lo que venimos llamando España.
La geografía, el clima, la flora
y la fauna son difíciles de discutir. España
es variada y sus habitantes nacen, viven y se desarrollan en esta
biodiversidad. La historia es otro aspecto muy distinto. La Historia de España
establece tantas Españas como
historiadores las han escrito. Y si hablamos de la historia más reciente, la
historia la han contado los vencedores. Cuando predicamos que España es UNA,
solamente nos podemos referir a la España geográfica porque de la España
histórica hay infinidad.
Si nos preguntamos qué es ser español, la disputa está servida. Es
más fácil y veraz mantener racionalmente que, hay una variación importante de
sentirse español, en lugar de empecinarse en encasillar a todos los españoles
en un mismo prototipo, de acuerdo con un paradigma único.
Sobre todo, si cada cual se siente libre de autodefinirse como mejor le
convenga. Solamente somos iguales ante la ley.
Sentirse español o francés, es un sentimiento de pertenencia o de
posesión de ciertas características que no tienen por qué ser comunes.
Otro concepto que se viene
atribuyendo bajo el genérico del UNO, es la patria. La patria es una emoción que cada cual siente como propia.
Este sentimiento patrio, tiene una vertiente legal que es la nacionalidad.
Del lat. patria.
1. f. Tierra natal o adoptiva ordenada como nación, a la que se siente ligado el ser humano por vínculos jurídicos, históricos y afectivos.
2. f. Lugar, ciudad o país en que se ha nacido.
patria celestial
1. f. Cielo o gloria.
patria chica
1. f. Lugar, pueblo, ciudad o región en que se ha nacido.
merecer alguien bien de la patria
1. loc. verb. Hacerse acreedor a su gratitud por relevantes hechos o beneficios.
padre de la patria
padre de su patria
nación
Del lat. natio, -ōnis 'lugar de nacimiento', 'pueblo, tribu'.
1. f. Conjunto de los habitantes de un país regido por el mismo Gobierno.
2. f. Territorio de una nación.
3. f. Conjunto de personas de un mismo origen y que generalmente hablan un mismo idioma y tienen una tradicióncomún.
4. f. coloq. p. us. nacimiento (‖ acto de nacer). Ciego de nación.
de nación
1. loc. adj. U. para dar a entender el origen de alguien, o de dónde es natural.
La Real Academia Española es
explícita y abundante sobre estos dos vocablos.
Bajo el prisma de estos dos
valores, es evidente que hay países donde la nación y la patria, son aceptadas
por los ciudadanos concernidos, como un solo concepto. Pero en España, no.
El
valor patriótico está lejos de ser
un valor común. Y el sentimiento nacional
es variado. Luego los habitantes de nuestra piel
de toro, somos patrióticos cada cual a su manera y por supuesto el tejido
social es plurinacional. Es evidente que está siendo más
sencillo establecer lo que no es España o español de lo que es en su aceptación oficial.
Hemos hablado de España como
realidad histórica, porque no hay una versión única a la hora de definirla. El
sentirse español no es propiedad de la totalidad, sino de cada uno en
particular. Y como consecuencia el sentimiento nacional y los valores
patrióticos, tampoco son comunes a “todos” los habitantes, que poblamos este
entorno geográfico. Definido como España.
Faltan los símbolos que
representan la unidad como la suma de todos los conceptos implicados: España,
español, patria y nación. Es fácil comprobar que esta pretendida unidad,
tendría un solo himno nacional, una
sola bandera nacional, un solo escudo
nacional, un solo idioma oficial…
Como consecuencia esa unidad granítica, tendría un jefe del estado y un modelo
de estado y de gobierno, aceptado por la mayoría…
En este país llamado España,
aquello que está fuera de toda duda es que la UNIDAD NACIONAL NO EXISTE. Aunque la legalidad vigente diga todo lo
contario.
La realidad tangible es tozuda:
Hay por lo menos cuatro Españas:
la franquista, la monárquica, la republicana y la federal.
Hay por lo menos tres banderas:
La franquista, la monárquica y la republicana.
Hay dos himnos: El Himno de Riego
y la Marcha Real.
Hay partidarios de la III
República.
Hay partidarios del referéndum
pendiente: Republica-Monarquía.
Hay partidarios de un estado
laico, separación radical de la Iglesia-Estado.
Hay quien desea que se juzgue y
se condene el genocidio franquista.
Hay un secesionismo manifiesto en
Catalunya.
Hay un secesionismo más o menos
larvado en la Comunidad Valenciana y en las Islas Baleares.
Hay un secesionismo militante
real en el País Vasco y Navarra.
Hay un secesionismo nada
despreciable en Galicia.
Hay un movimiento comunero en las
Castillas.
Y por último hay una generación
de políticos constitucionalistas, que son mudos, sordos y ciegos…
Esta forma conservadora de
contemplar la Transición, ha sido cuestionada por el Movimiento 15-M…
Sobre todo, es alarmante que el
Rey de España sea jaleado, aplaudido y adulado por la España
constitucionalista, atrincherándose en el texto de la Carta Magna como si de un
dogma se tratara. Los Principios de Movimiento Nacional, jurados por el Rey
Emérito y la Constitución, jurada por Felipe VI son textos, donde el franquismo
ha quedado atado y bien atado. Como
si fuera el Credo de Nicea.
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